Cuando en marzo y abril las cifras oficiales sobre industria y comercio mostraron grandes altibajos, el veredicto de los analistas fue que la presencia de la Semana Santa explicó las fuertes variaciones entre un mes y otro. De tal manera, más de uno recomendó esperar hasta mayo con el fin de tomarle la velocidad al viento.
Esas lecturas se conocieron el viernes y, a decir verdad, el reporte dista de ser satisfactorio. En lo que atañe a las manufacturas, a primera vista, las cosas no se ven tan mal: el alza en la producción fabril ascendió al 4,5 por ciento en el quinto mes del 2016, un número que sin ser espectacular se puede calificar de aceptable. El problema es que los expertos esperaban un ritmo más alto, cercano al 7 por ciento. De hecho, si se excluye de la cuenta el ramo de refinación de petróleo, que viene impulsado por la entrada en operación de Reficar, el avance es de un tímido 0,6 por ciento.
Tal como están las cosas, se ve cada vez más improbable que el pronóstico gubernamental de una expansión para el segmento superior al 8 por ciento en el año se acabe cumpliendo. La razón es que no hay brisa a favor, sino todo lo contrario. Si bien todavía no se nota en las cuentas del Dane, el largo paro camionero ha trastornado diferentes actividades, incluyendo las industriales.
Para colmo de males, el comercio tuvo un tropezón notorio. Las ventas de los almacenes en mayo cayeron 0,5 por ciento, un guarismo en rojo que nadie anticipaba. En el acumulado hay un incremento del 1,8 por ciento que sugiere que la debilidad de la demanda es mayor de la que se preveía.
Dentro de las explicaciones que algunos esbozan está el alza de la inflación, que golpea el poder adquisitivo de los hogares. Los más afectados en este caso son los estratos populares que dedican una mayor proporción de su ingreso a la compra de alimentos, con lo cual les queda menos dinero para otro bienes y servicios.
Así las cosas, son más notorios los ceños fruncidos entre aquellos que esperaban que la economía podía tomar un nuevo aire. Después de un primer trimestre difícil, el segundo parecería ir peor, con lo cual mantener el ritmo de crecimiento del 2015 será casi imposible, a menos que en este semestre haya eventos positivos que todavía no se ven en el horizonte.
Ricardo Ávila Pinto
ricavi@portafolio.co
@ravilapinto
Brújula
La cuesta de mayo
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Ricardo Ávila
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