El viernes pasado, un comunicado de prensa del Ministerio de Hacienda señaló que la confianza de los inversionistas extranjeros en la economía colombiana se mantiene. De acuerdo con la entidad, los compradores foráneos de bonos de tesorería (TES) han adquirido siete billones de pesos adicionales de estos títulos en lo corrido del 2017.
Con ese planteamiento, el Gobierno aspira a despejar cualquier duda con respecto al atractivo que poseen los títulos públicos. Hace un par de meses se supo que durante junio tuvo lugar una salida de capitales de más de un billón de pesos, debido a ventas realizadas en ese momento. Ahora, los datos muestran que en julio se presentó una recuperación de los flujos, que se sintió todavía con más fuerza en agosto.
Bajo ese punto de vista, no hay de qué preocuparse. Con corte al pasado 6 de septiembre, la posición de los inversionistas foráneos en deuda emitida localmente llegó a 64,6 billones de pesos, lo cual equivale al 25,6 por ciento del total. Tan solo los fondos de pensiones y cesantías han colocado más dinero en dicha alternativa.
Así las cosas, el país se diferencia de otras economías emergentes. A diferencia de Suráfrica o el propio Brasil, aquí el interés extranjero se mantiene. Por cuenta de ello, el costo de la deuda pública es relativamente menor, pues hay demanda suficiente para colocar nuevas emisiones o negociar títulos de distinta denominación y plazo en el mercado secundario, lo que garantiza la indispensable liquidez.
En respuesta, no faltan algunos analistas que señalan que se ha venido desmontando por la puerta de atrás la estrategia de concentrar las acreencias gubernamentales en pesos, para protegerse de los vaivenes internacionales. Puesto de otra forma, una estampida de capitales, debido a un cambio súbito en las condiciones que imperan en el mundo, nos dejaría en situación de vulnerabilidad, si los tenedores foráneos se van.
Dicha posibilidad, sin embargo, es improbable, siempre y cuando la casa se mantenga en orden. Por tal motivo, los candidatos presidenciales deberían tomar nota de que es mejor comprometerse con políticas responsables para no generar nerviosismo y trastornos súbitos en la tasa de cambio. Todo, en últimas, depende de la confianza, para que los inversionistas estén tranquilos.
ricavi@portafolio.co
@ravilapinto
BRÚJULA
Confianza que obliga
Los candidatos presidenciales deberían tomar nota de que es mejor comprometerse con políticas responsables para no generar nerviosismo.
POR:
Ricardo Ávila
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