DOMINGO, 10 DE DICIEMBRE DE 2023

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Ricardo Ávila
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El llanto de Argentina

Las autoridades argentinas enfrentan vencimientos de deuda que ascienden a la no despreciable suma de 82.000 millones de dólares.

Ricardo Ávila
Exdirector de Portafolio
POR:
Ricardo Ávila

Decir que el dólar sobrepasó ayer la barrera de los 34 pesos argentinos no le dice mucho a quien no esté familiarizado con el país austral. No obstante, cuando se aclara que esa tasa de cambio duplica la de hace un año y supera en 45 por ciento a la del arranque del 2018, es evidente que hay un problema de inmensas proporciones. Tan solo este miércoles, el retroceso fue cercano al 8 por ciento.

Tal fue la respuesta del mercado al pedido casi desesperado del presidente Mauricio Macri para que el Fondo Monetario Internacional le acelere los desembolsos atados a un programa de ajuste por 50.000 millones de dólares. Aunque la entidad multilateral se mostró dispuesta a examinar la solicitud, a medida que pasan los días aumenta el escepticismo con respecto a la capacidad que tiene el gobierno en Buenos Aires de manejar la crisis.

La razón es sencilla: en lo que queda de este año y el próximo, las autoridades argentinas enfrentan vencimientos de deuda que ascienden a la no despreciable suma de 82.000 millones de dólares. Incluso si el FMI gira todo el dinero que le falta por entregar en un solo contado, seguiría habiendo un faltante importante. Puede haber otros recursos, pero la falta de confianza en la administración sube y, con ella, las apuestas en contra del peso.

Ese círculo vicioso hace más difícil cumplir las metas en materia fiscal. Por cuenta de la devaluación, las acreencias en divisas se han encarecido y la inflación sigue disparada. El Banco Central elevó su tasa de interés al 45 por ciento anual, sin que eso haya servido para detener la estampida.

Encontrar la salida no será fácil. Lo que es evidente es que los coletazos de esa situación se sienten en todas las economías emergentes, justo cuando aparecen las noticias en torno al vigor de la producción en Estados Unidos. Debido a ello, el peso colombiano también resultó debilitado, junto con el real brasileño o el sol peruano, entre otros. Y la volatilidad seguirá, mientras los inversionistas sigan creyendo que hay que llorar por Argentina.

ricavi@portafolio.co
@ravilapinto

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