La tarima está lista en la explanada vecina al puente de Tienditas que une a Colombia con Venezuela. Desde este jueves comenzó la movilización de personas interesadas en asistir hoy al concierto que, con el nombre de Venezuela Live Aid, ha convocado artistas de la talla de Alejandro Sanz, Miguel Bosé, Juan Luis Guerra, Carlos Vives y Juanes, entre otros.
No obstante, sería un error creer que el evento que podría congregar a unos 250.000 individuos es tan solo una fiesta musical. Más allá de los diferentes ritmos que se escuchen, la tonada es indudablemente política y debería escucharse hasta en Caracas, a pesar de los 866 kilómetros que separan a la capital nortesantandereana de la venezolana.
Ese es el motivo por el cual el régimen de Nicolás Maduro ha hecho hasta lo imposible por descarrilar la cita, incluyendo el envío de personal de sus fuerzas de seguridad, según las autoridades colombianas. Incluso el inquilino del Palacio de Miraflores entiende que muchos de sus compatriotas se darán cuenta de la solidaridad que sus dificultades despiertan entre los cantantes más conocidos de América Latina y los pueblos que representan.
Esa voz de aliento debería animar todavía más a quienes aspiran a ver pronto un cambio en el país vecino. Que esta suene un día antes de que comience la cadena de manos encargada de recibir la ayuda humanitaria enviada por Estados Unidos, Canadá y otros gobiernos democráticos es algo que puede convertirse en un punto de inflexión.
Debido a ello, la tensión es grande en la zona. Aparte del desafío que representa recibir a una multitud que cabría en varios estadios de fútbol, está el peligro del juego sucio. Hay que hacer votos, entonces, para que todo salga bien y que los responsables de conservar el orden, mantengan la guardia arriba.
Sería extraordinario constatar que las notas del pentagrama son suficientes para desarmar los espíritus y permitir que la primavera en Venezuela comience más temprano que tarde. Ojalá suene el ritmo del cambio.
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@ravilapinto