El debate creado por la publicación de un documento propositivo de la política de CTI (Ciencia, Tecnolgía e Innovación), y la reacción de buena parte de la comunidad científica a ella, plantea la pregunta de para qué es esa política y si la expansión de sus objetivos a propósitos difíciles de precisar en términos de la relación instrumento/objetivo es conveniente. El objetivo de esta política es el desarrollo del SCTI un objetivo tan monumental como definido en los términos conceptuales de esa relación.
Principios básicos en política económica son, primero, que cada instrumento debe ser el preciso para cada objetivo, que el nexo entre ellos sea muy claro y que los objetivos no deben ser excesivos frente a los instrumentos; de lo cual se sigue la absoluta inconveniencia de adosarle objetivos a un conjunto de instrumentos de manera de afectar su capacidad de obtener los prioritarios. Segundo, que dada la restricción presupuestal es necesario priorizar objetivos pues es imposible financiar los instrumentos necesarios para alcanzarlos todos; de lo cual se sigue qué objetivos e instrumentos deben estar bien definidos dentro de una priorización entre ellos.
Desconocer estos principios resulta costoso cuando se trata de una política que es un pilar en desarrollo. El desarrollo del SNCTI es una tarea complicada pues se trata de una compleja red institucional/organizacional dirigida a impulsar el desarrollo de la triada CTI. Al conocimiento científico se lo define en términos de standards metodológicos de consistencia analítica y verificación empírica (falsabilidad y fracaso en falsear); y el acuerdo de la comunidad científica sobre la disciplina impuesta por estos standars y el proceso acumulativo generador del acervo del conocimiento que puede considerarse como científico es lo que le confiere a este un estatuto epistemológico superior al del sentido común, así esté estructurado en tradiciones comunitarias. Las capacidades para manejar la enorme mayoría de las tecnologías en una economía moderna no son triviales; ni hablar de las necesarias para tecnologías que están trasformando la estructura económica y social como la física cuántica y la genética (vacunas mRNA).
Aunque elementos de saberes ancestrales tienen aplicaciones en lo ambiental/farmacológico, estos deben estar validados por los métodos de las respectivas ciencias. Los ejemplos más exitosos en política CTI señalan a lo prioritario de desarrollar las capacidades para el monitoreo, la absorción/aplicación/adaptación de tecnologías de frontera, capacidades de un alto grado de sofisticación científica/tecnológica. Trivializar estas capacidades y el enorme esfuerzo al interior del SCTI para acumularlas adosándole objetivos como completar y enriquecer el método científico para que la ciencia deje de hacerle daño a la naturaleza y las sociedades, superar relaciones de dominación en una ciencia logo céntrica que desconoce otros saberes, el vivir sabroso y el ejercicio efectivo de una democracia multicolor, la sanación de las relaciones de la vida, resultaría muy costoso en términos de la acumulación de capacidades necesarias para acercarse a la frontera tecnológica.
Ricardo Chica
Investigador Desarrollo Economico