Al retractarse de la compra de Twitter argumentando incumplimiento de varias disposiciones del acuerdo, el magnate sudafricano Elon Musk deja al descubierto una supuesta información adulterada sobre el número de usuarios del ‘pájaro azul’.
La decisión de volverse atrás, citando incumplimiento de varias disposiciones del acuerdo, se apoya en el argumento de que la cantidad de internautas declarados de la red social no es del 5%, sino que alcanza el 20% o mucho más.
Eso frenó la millonaria transacción por la que ofreció US$44.000 millones, pues en sus cálculos es posible que sean mucho menos los usuarios de los que él pensaba que podía incluir a través de la monetización por el uso de la red social y, ahora verifica que no puede contar con ese 20% de las cuentas como usuarios activos de Twitter, porque no existen.
Según análisis de peritos no se trata de cuentas reales, no son perfiles activos en internet y tampoco siguen los tweets, ni los mensajes de las cuentas con las que aparentemente están relacionadas. Estos ‘robots’ están diseñados para suplantar el accionar humano, donde unos cumplen funciones útiles, como ayudar a los clientes de una empresa con sus problemas; otros, por el contrario, son utilizados para hacer daño o apoderarse del mando de sistemas ajenos. En el lenguaje de la tecnología se conocen como spam o bots. Irónicamente, entre los primeros afectados está la cuenta del propio Musk, pues especialistas en la detección de falsos usuarios descubrieron que el magnate no tenía en Twitter los millones de seguidores de los que se vanagloriaba.
Otra de las cuentas lesionadas es la del presidente de EE. UU., que muestra la posibilidad de que más del 49% de sus seguidores en Twitter sean falsos, según Spark Toro, herramienta de investigación de audiencia que muestra los sitios web que ven los internautas, que indica que más de 22 millones de visitas no son de humanos, o votantes del gobernante; y en el caso de Musk, 70% de sus ficticios 93 millones de seguidores simplemente no están vivos.
Un nuevo capítulo se abre cuando el fiscal general de Texas, Ken Paton, ordenó una investigación sobre la negociación, argumentando que la compañía que dirige Parag Agrawal podría haber suministrado información falsa sobre las cuentas de bots en las conversaciones de compraventa, lo que violaría la Ley de Prácticas Comerciales Engañosas de Texas.
La adversa situación del monumental lío no solo deja la marca del ‘pájaro azul’ en escenario crítico por el desplome de sus acciones en Wall Street, sino que debilita su propia imagen y tal vez su futuro. Así las cosas, lo anterior podría repercutirse a otras redes sociales, pues ya comenzaron a entreverse los resultados al desentrañar lo que podría estar pasando al interior, no solo de Twitter sino de la red informática mundial, www.
Ricardo Gaitán
Consultor de branding y marcas propias