La intervención de Juan Manuel Santos ante la Comisión de la Verdad la semana pasada me pareció relevante, clara y honesta. Y el pedido de perdón a las víctimas, oportuno e histórico.
Empezó con una frase clave: “Vengo a contar mi verdad”. Y es clave porque a la Comisión que preside el Padre Francisco de Roux, con tanta inteligencia y equilibro, le corresponde construir una verdad comprensiva del conflicto en Colombia, a partir de las verdades de los distintos sectores y protagonistas.
No puede ser de otra manera. Mas verdades como la de Santos, cuando fue Ministro de Defensa y se destaparon los horrores de los Falsos Positivos, contadas de esa manera, con detalles y precisiones, es lo que se necesita para que la Comisión desentrañe el conflicto de manera global y en todas sus facetas.
Me quedó claro que el camino para negociar con las Farc se inició desde ese momento en que Santos fue Ministro de Defensa. La verdad no es fácil encontrar en Colombia que los altos funcionarios trabajen con estrategias a largo plazo.
Muchas de las políticas se improvisan dependiendo de los presidentes o ministros de turno. Hay excepciones como la política energética, la lucha contra la pobreza o la salud, para solo citar tres, que se han hecho pensando en décadas. O lo contrario, políticas como la tributaria que es una colcha de retazos.
Hay un momento en la intervención de Santos donde dice que militarmente, por los golpes contundentes que se le dieron a las Farc, especialmente contra sus cabecillas, se llegó a un momento de inflexión.
Es el momento en el cual, internamente, la guerrilla reconoce que nunca se va a tomar el poder por las armas y que el único camino que le queda es una negociación con el Gobierno. Solo en esas circunstancias, con golpes militares significativos, las Farc abrieron la puerta para una negociación. Se demoraron demasiado años para tomar esa decisión.
En otras circunstancias pero de forma similar, antes sucedió con el M-19 y otros grupos guerrilleros que encontraron la paz en la Constituyente de 1991.
Queda una pregunta: ¿Qué falta para que de una vez por todas termine el conflicto en Colombia? Santos no lo trató, porque no era el tema, pero la respuesta que yo tengo es esta: el fin del narcotráfico.
El narcotráfico y el secuestro, en todos los bandos, ha financiado la guerra en Colombia. Y como está planteada hoy la lucha contra el narcotráfico, en Colombia y el mundo, es un total fracaso. Lo único que aumenta cada año es la producción de cocaína y el numero de consumidores. Hay que tratar este asunto como un tema de salud pública y no de seguridad nacional, y acabar con la prohibición. Legalizar.
Como vamos, se van a seguir financiado los grupos criminales y disidencias de las Farc.
Ojalá la Comisión de la Verdad aborde este tema en su informe final, y podamos tener una visión completa del conflicto considerando todas sus variables, protagonistas y fuentes de financiación.
Ricardo Santamaría
Analista