Colombia necesita una nueva visión empresarial post pandemia. Las empresas y su forma de producir y trabajar, no pueden volver a lo mismo. Necesitamos una “nueva normalidad”, pero no llegará sola: Hay que construirla.
Es un hecho el desprestigio hoy de partidos y dirigentes políticos y los vacíos de un liderazgo en ese campo que inspire a los colombianos. En las últimas encuestas cuando se mira la imagen desfavorable, aparecen cerca de la guerrilla: Literalmente por el suelo. Muchos políticos ni se dan por enterados y siguen encerrados en su pequeño mundo clientelista.
Pero no vamos a hablar de esto. Será tema para otra ocasión. Los empresarios, por el contrario, en esas mismas encuestas no salen tan mal librados. Es momento para la acción positiva. Para marcar la diferencia en la sociedad.
La nueva agenda empresarial empieza por darle a los temas de medio ambiente, cuidado del agua y el aire, de la naturaleza y todas las formas de vida, la prioridad que no ha tenido hasta ahora. Lo que nos ha mostrado a las claras esta pandemia es que el planeta es frágil. Que el legado para nuestros hijos y nietos no puede ser la devastación de los bosques, los mares, la fauna y la flora.
Cada uno desde su empresa, grande o pequeña, tiene que marcar la diferencia en temas de medio ambiente. Y de sostenibilidad. Nos enfrentamos al desafío mas grande que tenemos como humanidad y como planeta.
Desde el punto de vista de los consumidores, no podemos regresar al consumo desenfrenado de todo lo que se nos ocurra: Productos, viajes, comida. El consumo responsable y consciente debe marcar la pauta. Somos hoy mas de 7 mil millones de seres humanos habitando este planeta. Y por lo menos hasta el año 2050, según estudios, la población mundial seguirá creciendo, esto es, serán mas los que nacen que los que mueren.
Es hora de hacer las cosas distinto. No hay duda. Es hora de que la ANDI, que agrupa a los empresarios mas importantes de Colombia, lidere este cambio de modelo empresarial en Colombia. Otra de las enseñanzas clave de esta pandemia es que nadie se salva solo. Vivir en una pequeña burbuja sin importarnos el vecino o la comunidad circundante, no es una opción. Todos dependemos de todos. Todos somos responsables de todos. Es mucho mas que pensar que tenemos un destino común, que evidentemente lo tenemos. Tenemos un presente común y es apremiante. Las redes sociales son una oportunidad para compartir experiencias, para inspirarnos unos a otros.
Se impone producir con energías limpias, compartir las fuentes de agua, cuidar la selva amazónica, limpiar de plásticos los mares. Y cada empresa que trabaja en Colombia, no importa si es grande o chica, puede contribuir a estos propósitos fundamentales. Si hay consciencia de ello, podrán emprender cambios y proyectos novedosos. Cada grano de arena cuenta.
La oportunidad del momento es el cambio. El cambio positivo, guiado por la solidaridad humana, el cuidado del planeta y las causas sociales. Con el CESA en Bogotá vamos a trabajar estos temas. Pendientes por las redes sociales.
Ricardo Santamaría
Analista