Estamos ante una situación sin precedentes, mientras luchamos por aplanar la curva de contagios generados por el covid-19, debemos ir aprendiendo a navegar en medio de la incertidumbre.
Conocemos los efectos que el virus trae sobre la salud de las personas y hemos acatado las medidas adoptadas por las autoridades sanitarias, pero sabemos que la pandemia tendrá consecuencias de índole económica, algunas ya se están manifestando en varios sectores que, más temprano que tarde, tendremos que enfrentar.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha señalado escenarios de recesión económica mundial y altos niveles de afectación para América Latina, donde no descarta un panorama de crecimiento negativo. El Banco Mundial parece ir por la misma línea.
Los pronósticos no son alentadores y tal vez sea muy pronto para cuantificar los impactos; sin embargo, nos aferramos a las estimaciones que, aunque no son definitivas, dan cuenta de algunas variables que debemos considerar en esta situación.
Para ilustrar lo anterior, proyecciones realizadas por el CitiBank nos indican que mientras el PIB de América Latina podría contraerse en promedio 2,6% y las grandes economías de la región como México, Brasil y Argentina estarían decreciendo a tasas superiores del 4,5%, en el caso de Colombia, este porcentaje equivaldría a 1,7%.
Esto nos hace imaginar un ‘mejor’ escenario si lo analizamos en términos comparativos, así como también aumenta la posibilidad de ocurrencia, dado el buen manejo de la política monetaria que ha tenido históricamente el país, según el CitiBank.
Aunque no podemos negar que esa posibilidad puede darnos un cierto parte de tranquilidad a muchos, es imposible desconocer que aún estamos lejos de percibir el desenlace de esta historia. Por eso, mi invitación, es a pensar conjuntamente en una estrategia que fortalezca nuestra resiliencia, que nos permita ir reactivando nuestros esquemas productivos a la vez que apoyamos la transformación de los sectores que están en proceso de adaptación a esta nueva realidad.
Todos debemos trabajar en la misma causa de sacar adelante nuestra economía. La incertidumbre que se deriva de esta crisis nos muestra que no es momento para pensar de manera aislada. Es hora de sumar esfuerzos y de poner a disposición todas las herramientas y capacidades que nos permitan superar este reto sin precedentes. La colaboración y la apertura de canales de diálogo destinados a aportar y a construir en conjunto, son mandatorios.
Como Director del Consejo de Empresas Americanas (CEA), soy conocedor de primera mano, de los esfuerzos que las empresas estadounidenses establecidas en Colombia y afiliadas a nuestra organización, están realizando para navegar en esta coyuntura de la que todos estamos aprendiendo valiosas lecciones.
Las empresas que conforman nuestra asociación han sido históricamente, las principales promotoras de buenas prácticas en Colombia. Por esto, reiteramos al Gobierno, gremios, otras empresas y a la sociedad en general, nuestra disposición a sumar esfuerzos.
Estar conectados nos permitirá proponer en conjunto y actuar con la prudencia, solidaridad y responsabilidad que necesitamos en estos momentos. No es, y no será, fácil, pero juntos saldremos adelante y lo haremos fortalecidos.
Ricardo Triana Soto
Director Ejecutivo del Consejo de Empresas Americanas (CEA)