La realidad es que los debates de los dos candidatos presidenciales, quienes compitieron para la primera magistratura del Estado, Juan Manuel Santos y Óscar Iván Zuluaga, nos dejaron decepcionados a todos los colombianos.
En el campo económico, en lugar de cotejar sus visiones hacia el futuro, se dedicaron a hacerse recriminaciones mutuas sobre los errores y equivocaciones que cometieron en ese frente cuando cada uno de ellos estuvo a cargo de orientar los destinos económicos del país.
Entre otras, la pugnacidad los llevó solo a mirar los aspectos negativos de sus respectivas gestiones, cuando lo cierto, visto retrospectivamente, es que ambos desempeñaron muy bien sus tareas.
A Óscar Iván Zuluaga, en su carácter de ministro de Hacienda del Gobierno de Uribe, le correspondió enfrentar la crisis financiera internacional del 2007-2009, y la verdad es que lo hizo muy bien. Adoptó unas políticas de fortalecimiento preventivo de las reservas bancarias y de tipo contracíclico en las áreas monetaria y fiscal, que fueron resaltadas como muy positivas por organismos como el Fondo Monetario Internacional.
Por su parte, Santos también hizo una buena labor como ministro de Hacienda de la administración de Andrés Pastrana, a comienzos del siglo, y en su Gobierno sus ministros de Hacienda, Juan Carlos Echeverry y Mauricio Cárdenas también, se han destacado por su labor realizada entre el 2010 y el 2014.
En la realidad, como lo ha señalado en su último informe sobre la economía colombiana el Fondo Monetario Internacional, lo que ha distinguido a Colombia en el ámbito económico internacional ha sido la continuidad de la política entre las diversas administraciones y la construcción de instituciones económicas sólidas como el Banco de la República, la Superintendencia Financiera y el Ministerio de Hacienda.
Por todo lo anterior, es realmente lamentable que el presidente Santos y el ex ministro de Hacienda Óscar Iván Zuluaga hayan desperdiciado esa oportunidad de presentarle al país la cara buena de la economía y de reconocer mutuamente los aspectos muy positivos del desempeño de cada uno de ellos en el ámbito económico.
Reelecto ahora Juan Manuel Santos para el periodo 2014-2018, lo que debemos buscar conjuntamente todos los colombianos es un consenso económico nacional sobre las reformas que se deben emprender en el inmediato futuro y las maneras de financiarlas.
En el ámbito de la infraestructura vial, se han dado pasos muy importantes en las reglas del juego y se han asignado las primeras concesiones.
Ahora el reto es armar y poner en marcha los esquemas de financiamiento.
Respecto al proceso de paz, lo que corresponde en el momento es definir cómo se van a financiar las responsabilidades del posconflicto. En materia de desarrollo rural, se debe proceder a diseñar políticas dirigidas a apoyar al pequeño campesino y a proveer al sector con bienes públicos como la investigación agrícola y las carreteras rurales para incrementar la productividad.
En lo social, tenemos la tarea de culminar la reforma a la salud, adelantar una nueva reforma a las pensiones e introducir cambios de fondo en los temas de educación y primera infancia.
Y como todas estas reformas tienen que financiarse, debemos convenir el tipo de reforma tributaria que el país requiere para que este consenso sea una realidad.
Roberto Junguito
Presidente de Fasecolda