El debate económico en Colombia sigue moviéndose en medio y a pesar de las protestas.
En lo que hace al proyecto de Ley de Financiamiento en el Congreso merece destacarse, en primer lugar, que las Comisiones Terceras Conjuntas de ambas Cámaras hayan aprobado en primer debate el proyecto propuesto por los ponentes y que este haya pasado a las Plenarias de Cámara y Senado.
Lo segundo que se debe anotar es que entre los cambios introducidos se incluye la sobretasa de renta a los bancos, los tres días sin IVA, y la reducción de cotización a salud para los pensionados de salario mínimo, aspectos que no son muy ortodoxos, ni recomendables, pero que fueron elementos esenciales para conseguir el apoyo de los ponentes de los partidos políticos más cercanos al gobierno. Se espera que la ley sea aprobada por las plenarias antes de finalizar el año, aunque es claro que el proyecto dista mucho de ser una reforma estructural que resuelva los problemas fiscales de los años venideros.
En lo que toca con el salario mínimo es evidente que la negociación va a ser muy difícil de adelantar en una coyuntura en la cual las centrales sindicales aparecen muy fuertes luego de haber grandes líderes del paro y de las protestas y marchas registradas en las últimas semanas. La fórmula o criterio básico establecidas en años anteriores de aumentar el salario mínimo en función de la inflación observada más el incremento en la productividad laboral deberá seguir siendo la gran guía para su fijación.
Las centrales obreras y el Ministerio del Trabajo deben tomar en cuenta que incrementos muy superiores a dicha guía desembocará en incrementos en la tasa de desempleo. Colombia debe mantener su ortodoxia en el manejo macroeconómico que tanto le ha servido al país. La estabilidad fiscal mediante la aprobación de la Ley de Financiamiento y la fijación del salario mínimo a un nivel que no incremente la tasa de desempleo son decisiones claves de este fin de año económico.
Por lo demás, prosiguen las conversaciones entre el gobierno y los organizadores del paro sobre los temas de la agenda pública social que se deben reformar. Lo que sucede en Colombia no es diferente a lo que se vive en el resto del mundo. Los Premios Nobel de Economía, Banerjee y Duflo inician su más reciente libro Buena Economía para Tiempos Difíciles estableciendo que vivimos en la edad de la polarización creciente, donde la conversación entre la derecha y la izquierda se ha convertido en una lucha de altos decibeles, y donde las palabras duras y las acusaciones mutuas dejan poca posibilidad para dar marcha atrás.
Agregan que lo preocupante es que el espacio para desarrollar los diálogos sociales de manera pacífica y armónica parece estar encogiéndose no solo el área puramente política, sino en torno a lo que son los problemas sociales y que hacer sobre ellos. Argumentan que lo que está haciendo falta son las ideas para saltar la valla de los desacuerdos y la falta de confianza que nos están separando.
Estas reflexiones aplicables a nuestro país a raíz de las protestas y las dificultades para concretar la conversación planteada por el presidente Duque mediante un diálogo constructivo particularmente con el heterogéneo grupo de los organizadores del Paro Nacional.
Roberto Junguito
Exministro de Hacienda
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