El Ministerio de Agricultura, la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC, y la Federación de Aseguradores Colombianos, Fasecolda, han decidido organizar, con el apoyo del Banco Mundial, un seminario-taller que tendrá lugar el próximo 22 de octubre, con el fin de intercambiar información, y discutir políticas e instrumentos, entre ellos el seguro, que contribuyan a mejorar la gestión de los riesgos, y reducir la vulnerabilidad de nuestra producción agropecuaria.
Dos aspectos importantes llevan a considerar la conveniencia de fortalecer el esquema del seguro agropecuario: el peso o importancia relativa de este sector en el Producto Interno Bruto (PIB), y el propósito del Gobierno de convertir al agro en una de las locomotoras de la economía en Colombia.
El ramo agropecuario participa con cerca del 7 por ciento del PIB y, en promedio, ha empleado el 18 por ciento de los ocupados. Aunque la administración Santos definió que la agricultura sería una de sus locomotoras, sobre las que se fundamentará el crecimiento económico, el sector ha estado por debajo de lo esperado.
La agricultura enfrenta tanto riesgos globales como a nivel agricultor. En el primer grupo se encuentran los naturales, como las inundaciones; económicos, variación en la tasa de cambio y volatilidad de los precios; comerciales y geopolíticos, entre los cuales se cuentan los tratados de libre comercio, aranceles y restricciones a las importaciones; sociales, como el terrorismo e inseguridad social.
Entre los microeconómicos, figuran los riesgos de producción, financieros, legales y laborales.
En cuanto a los mecanismos de protección ante los riesgos, se encuentran el autoseguro, los apoyos del Gobierno en caso de desastres, los seguros, y apoyos mediante cooperativas y mutuales. En Colombia, se han utilizado principalmente medidas asistenciales una vez ocurridos los siniestros, que son económicamente más costosas.
La restructuración de créditos, la reducción de impuestos prediales y los apoyos directos a los afectados por medio de ayudas presupuestales han sido los mecanismos más utilizados. Con un seguro se podrían dar ganancias en eficiencia al realizar el ajuste con profesionales entrenados para esto y una mejor asignación de acuerdo al daño.
Los seguros agropecuarios han tenido un mayor desarrollo en las economías industrializadas y, en América Latina, en países como Argentina, Brasil, Chile y México. En el 2007, la penetración del seguro agrícola en el mundo, medido como las primas pagadas en relación con el PIB, fue de aproximadamente 0,015 por ciento, mientras que en Colombia fue tan sólo del 0,002 por ciento.
El año pasado, en el país se aseguraron únicamente 38 mil hectáreas. El seguro agropecuario en nuestro país se creó mediante la Ley 69 de 1993, y sólo se puso en marcha con el Decreto 3377 de 2003.
El seguro ampara los perjuicios generados por lluvias, avalanchas, sequías, vientos fuertes, heladas y granizo. Su organización institucional depende del Ministerio de Agricultura que establece el subsidio a la prima, actualmente dicha ayuda puede ser hasta del 60 por ciento de esta y se establece teniendo en cuenta el tipo de cultivo.
A pesar del apoyo a las primas, la penetración del seguro agropecuario en Colombia sigue siendo muy baja. Esta situación llevó a los organizadores a promover el seminario y buscar resolver interrogantes como qué tan adecuado es el marco normativo colombiano y si se dispone de un plan de largo plazo que haga atractivo ofrecer esta cobertura para las aseguradoras.
Se espera que como resultado del seminario se consiga definir las políticas que conlleven al fortalecimiento del seguro agropecuario en nuestro país, coadyuvando así a que el agro se convierta en locomotora de la economía, como lo propone el Gobierno.
ROBERTO JUNGUITO Presidente de Fasecolda