En buena hora el Departamento Nacional de Planeación (DNP) decidió convocar el seminario ‘Regalías y calidad de la inversión en Colombia: una transformación en marcha’. Esta reunión de análisis y evaluación del sistema de regalías se llevó a cabo luego de tres años de aprobada la Ley 1530 del 2012, que reformó el esquema y comprendió, cabe recordar, cuatro grandes objetivos: mayor equidad, desarrollo regional, ahorro y mayor transparencia y eficiencia en el uso de los recursos.
La modificación en el esquema de asignación de las regalías partió del principio de que los recursos del subsuelo son de la sociedad y deben beneficiar a todos los colombianos, no solo a las generaciones presentes, sino a las futuras.
Asimismo, tomó en consideración el auge exportador que se presentaba en los productos básicos como el petróleo y el carbón y su impacto creciente de regalías para el Estado. Estas, de hecho, habían pasado de constituir 0,7 por ciento del PIB en el 2001 a 1,4 por ciento en el 2011.
Para los legisladores y autoridades que concibieron la reforma, la manera de garantizar que la explotación de los recursos naturales beneficiara a las generaciones futuras fue precisamente mediante el ahorro de una porción de las regalías y por medio de la inversión eficiente de buena parte de los recursos, de manera tal que se traduzca en un mayor crecimiento económico en el futuro. Tal como lo dispuso la ley, el ahorro alcanzaría una proporción del 30 por ciento de las regalías y se acumularía en el Fondo de Ahorro y Estabilización y en el Fondo de Pensiones Territoriales, en tanto que el componente de inversión comprendería cerca de 70 por ciento de los recursos captados y se asignaría tanto en la forma de inversión directa de regalías, por medio de fondos de inversión (compensación regional, desarrollo regional y ciencia y tecnología). En cuanto a los aspectos institucionales, el DNP ejerce Presidencia y Secretaría Técnica de la Comisión Rectora.
Entre los elementos diferenciadores frente al sistema anterior, quizás el más importante es haber transferido el beneficio de las regalías de las zonas productoras en donde estaban concentradas al conjunto del territorio nacional. Otro elemento distintivo es que la asignación de las regalías se maneja como un presupuesto independiente y no hace parte del Presupuesto General de la Nación.
De otro lado, como resultado del sistema establecido, el impacto en equidad se advierte al considerar el número de municipios beneficiados y la reducción del Gini o concentración de los recursos. En términos de las inversiones por sector, estas se han asignado preferentemente al transporte, educación, ciencia y tecnología y vivienda. Además, el 10 por ciento de los recursos se dirigen al Fondo de Ciencia y Tecnología. Los departamentos manejan cerca del 80 por ciento y los municipios el 20 por ciento de los recursos de inversión del sistema general de regalías. A inicios del siglo, el 40 por ciento se dirigía a los municipios. Respecto a la eficiencia y trasparencia en el uso de los recursos, esta se ha buscado por medio de la vigilancia y monitoreo. No obstante los avances, subsisten grandes retos como el sistema de priorización de inversiones, la capacidad de estructuración de proyectos, el impacto fiscal y, en general, el mejoramiento de la calidad de la inversión, temas que se trataron en el seminario.
Roberto Junguito
Exministro de Hacienda
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