El debate económico internacional gira, fundamentalmente, alrededor de cuatro temas: el contenido económico del mensaje de la Unión del presidente Obama, los resultados de la actividad económica en varios países de la UE, las perspectivas de inflación en América Latina y la denominada ‘guerra de monedas’.
En su reciente mensaje, Obama hace énfasis especial en la economía y, particularmente, en las políticas dirigidas a los grupos de bajos ingresos de su país. Entre estas sobresale su propuesta de elevar el salario mínimo federal de US$7,25 por hora, que rige hoy, a US$9,00.
El incremento representaría un aumento del 24%, que supera con creces los registrados en la inflación en más de una década. Esta recomendación de claro corte populista tiene un carácter político, pues en ese país los incrementos sugeridos no cobijarían sino a un porcentaje muy pequeño de la población económicamente activa.
La propuesta de aumento, cabe resaltar, va en contravía de las recomendaciones que formuló la Ocde a Colombia, en las cuales se argumenta que, como principio, los incrementos del salario mínimo no deben superar la inflación esperada y los incrementos en la productividad laboral.
También ha sido tema de discusión y análisis el desaliento de la actividad económica en Europa y la disparidad del comportamiento de la inflación en Latinoamérica. No obstante la expectativa moderada de recuperación de la economía mundial, se observa un recrudecimiento de la caída en la actividad económica de Europa en el último trimestre del 2012, que fue especialmente severa en países como Grecia e Irlanda, en tanto que las economías de mayor tamaño, Alemania y Francia, tuvieron una contracción en el primer trimestre del 2013.
En lo que hace a América Latina, se reconoce que la región estuvo en capacidad de sortear exitosamente el impacto de la crisis internacional y que la mayoría de los países, incluyendo a Colombia, ha mantenido ritmos positivos de crecimiento económico con estabilidad de precios. Se observa, sin embargo, que la inflación se ha mantenido bajo control en las naciones que usan el esquema de inflación objetivo, salvo Brasil, donde alcanzó más del 6% anual, y se destaca el caso de Venezuela, donde la inflación se verá exacerbada con la reciente devaluación de la tasa de cambio.
Por último, pero no menos importante, se ha convertido en tema de encendido debate lo que comúnmente se denomina ‘ guerra de monedas’. Existe gran preocupación por la apreciación de la tasa de cambio que se viene presentando en los Estados emergentes y las acciones que han adoptado países como China y Japón para adelantar devaluaciones competitivas.
Brasil ha resaltado que la apreciación frente al dólar ha entrabado las exportaciones, mientras que México y los representantes del Tesoro de EE. UU. han solicitado que los países mantengan tasas de cambio flexibles sin intervenciones particulares. Las autoridades de las naciones latinoamericanas del G-20 han argumentado que las políticas monetarias de estímulo adoptadas por los países avanzados se han traducido en una forma de manipular las monedas.
Estas quejas fueron tema de discusión central en la reunión del G-20 llevada a cabo en Rusia. Ojalá estas nuevas dimensiones del debate económico mundial sean tomadas en consideración por la junta del Banco de la República en sus decisiones sobre tasas de interés e intervención cambiaria.
ROBERTO JUNGUITO
PRESIDENTE DE FASECOLDA