El mercado descabezó el esperpento. Abierta la convocatoria, nadie se le midió a construir, operar y mantener la planta de regasificación y el gaseoducto de Buenaventura-Yumbo. Un muelle con complementos de almacenamiento y servicios, y una unidad flotante almacenadora y regasificadora, donde se acodera el barco transportador del gas, es cosa fácil. Pero otra es el gaseoducto, por su ecológicamente complicado trayecto, y porque caería en las garras de todas las consultas que en el mundo han sido. ¿Sepulcro?
Sepulcro ¿será de cruz alta? Se oyen rumores del ministro de Minas y de la Upme insinuando resurrección: esbozan abrir una nueva convocatoria. Insisten en meterle la mano al bolsillo de los colombianos por mil millones de dólares para que paguen de a poquito el valor de su redundante obsesión. Sin querer pensar mal, cuando una iniciativa es patentemente absurda se suscitan inquietudes sobre cuáles son los poderosos intereses que empujan a la insistencia.
Mientras la Upme forcejea, ahora con fecha 2026 para la eventual regasificadora de Buenaventura (antes era 2024, cuando, según plazo urgente, se iba presentar insuficiencia en el suministro de gas), los hechos siguen su marcha, como se predijo desde cuando, hace cuatro años, se concibió el esperpento. El más importante de ellos es el gaseoducto desde la cuenca de Jobo (San Jacinto-Sinú) hasta Medellín. Acordado el take or pay, Canacol, la productora del gas, ha recibido ofertas que, mediando lo usual, pondrían gas en la capital de la montaña en el 2024. Su capacidad es de 100 millones de pies cúbicos día, ampliables a 200 millones. Valdría $500 millones de dólares.
No exige gran conocimiento geográfico deducir que con menos de otros $500 millones el gas llegaría a Cali, por el fácil trayecto de las orillas del Cauca. Y entonces la seguridad del suministro al Suroccidente contaría con dos tubos y fuentes distintas para abastecimiento con gas colombiano, que paga regalías, sin maltratar a los usuarios de gas, ni desestimular su búsqueda en el país. Es coincidencia que al mismo tiempo Shell-Ecopetrol haya anunciado un pozo para delimitar el descubrimiento del complejo Purple Angel en aguas profundas costa afuera Córdoba-Sucre, después de varios años de espera por cambios de dueños y operadores. Es una expectativa a 8-10 años, pero señala la prospectividad gasífera del país.
Otro tanto puede decirse de Orca en La Guajira, cuya demora para entrar en operación es solo la ambivalencia de Petrobras, o del reciente descubrimiento de Ecopetrol en Recetor (piedemonte Llanos) de relativamente rápido desarrollo por encontrarse al lado de la infraestructura gasífera. Al mismo tiempo, Promigás adelanta la ampliación de su regasificadora en Cartagena. Si de suministro externo para solidificar el abastecimiento interno se trata, con eso hay.
Don Sancho Jimeno, el defensor de Bocachica en 1697, fue testigo del empeño de la corona española por asegurar el abastecimiento alimentario de las minas de oro en la Nueva Granada que eran su sustento económico, no con harinas importadas, sino con maíz local. Ministro: deje de desgastarse en bobadas.
RODOLFO SEGOVIA
Exministro e historiador.