En el diario El Tiempo del pasado 14 de julio, publicaron un aterrador artículo sobre 5.000 cuerpos de niños y jóvenes –que nadie ha reclamado– que fueron asesinados, muchos de ellos torturados y posteriormente desmembrados.
Este nuevo episodio viene a sumarse a los anteriormente denunciados y conocidos asesinatos de niñas y de niños, y a los múltiples casos que delatan la prevalencia de crueldad y abuso infantil en nuestra sociedad.
En una artículo anterior, titulado ‘Matar el futuro’ (El Tiempo, octubre 19 del 2012), ya había escrito sobre este tema, coincidiendo con la publicación en la revista Semana de un texto titulado ‘Un país que mata a sus niños’. y comenté, en referencia a que los niños son sometidos a toda suerte de abusos y de crueldad inconcebible, y a los falsos positivos, que “Colombia es una Medea que mata a sus hijos en venganza…”.
En anticipación al XX Congreso Nacional de Prevención y Atención al Maltrato Infantil –que tendrá lugar el próximo 14 de agosto en la Universidad Jorge Tadeo de Bogotá– organizado por la fundación Afecto, con el apoyo del Icbf y Unicef, entre otros, Salud Hernández entrevistó a Isabel Cuadros Ferré, la directora de dicha fundación.
Ella afirma que el maltrato infantil es uno de los principales problemas de salud mental en nuestro país, y que hacen falta muchas más personas como la recientemente fallecida senadora Gilma Jiménez, que “dedicó buena parte de subida a combatir abusadores sexuales de menores”.
Dice, además, que aquí pensamos que el maltrato infantil es un tema para señoras, sin percatarnos de la gran repercusión que ese comportamiento tiene sobre la economía, la sociedad, la vida, y la salud física y mental de los que han padecido maltrato infantil.
Reporta al respecto, que un estudio realizado por el profesor Vincent Felitti a 21.000 personas en San Diego, California, aporta evidencia de que “las vivencias traumáticas en la infancia tienen repercusiones de todo orden (diabetes, enfermedades del corazón, traumas sexuales, violencia intrafamiliar) a lo largo de la existencia de las víctimas.
Las experiencias adversas en la infancia son comunes, pero muy poco reconocidas… Son el origen’ de muchos de los principales problemas de salud pública y social… Cuantos más episodios de esos tenga la gente, peor les irá en la vida”.
En respuesta a un comentario de Salud Hernández, que califica este como un grave problema de salud mental, afirma que se requieren muchos centros de atención del trauma.
Los gobiernos locales deberían prestarle a esto suma atención y enviar funcionarios al congreso en la Tadeo para enterarse y prepararse, y así prestar estos servicios, ayudar a crear conciencia y no dejar que los niños sean presa fácil de “abusadores camuflados en los hogares, en las familias, en las iglesias, en la fuerza pública y en la calle”.
Rudolf Hommes R.
Exministro de Hacienda