A pesar de los cambios en el panorama económico reciente, Colombia se mantiene en el contexto mundial como una de las economías sobresalientes. Una tasa de crecimiento de 4,2 por ciento para el tercer trimestre del 2014 contrasta con las evidencias de desaceleración en Brasil, Chile, Perú; sin desconocer el crecimiento inferior al 1 por ciento que registra la Zona Euro y la marcada tendencia decreciente de la dinámica económica en China.
Los vientos de cola con los que cerró el 2014 y se dio inicio al 2015, particularmente por la inesperada descolgada en los precios del petróleo, han llevado a los analistas a ajustar sus proyecciones y a considerar escenarios con supuestos no contemplados un semestre atrás. Las autoridades económicas han hecho lo propio con sus estimaciones y han anunciado medidas de ajuste fiscal bajo ese nuevo panorama.
La clave para superar los retos económicos y fiscales de este nuevo entorno recaerá, en buena medida, en estrategias sectoriales que permitan conservar el terreno ganado en el empleo y mantener la demanda interna fortalecida. Las cifras de desempleo en el 2014 fueron las menores en 14 años y su tendencia ha venido mostrando la consolidación en niveles de un dígito. Pero, es claro que, ante un cambio en el ciclo económico, los deterioros en la ocupación no serían una sorpresa.
Desde lo práctico y con una receta conocida, el sector de la construcción cumple con los criterios necesarios para seguir impulsado estrategias que dinamicen empleo y soporten el consumo y la inversión. En los resultados a enero del 2015, el ramo aportó el 25 por ciento de las plazas generadas, con 125.000 nuevos empleos directos, y su participación en la ocupación ha sido la mayor desde el 2001, llegando a 7 por ciento del total de la fuerza laboral del país.
En las 13 principales regiones se crearon más de 73.000 empleos, siendo la segunda actividad con mayor generación de puestos de trabajo, seguida de la inmobiliaria, que tiene mucho que ver con la salud del mercado de vivienda y la dinámica misma de la construcción.
Ante un panorama que no deja de preocupar a los sabios y expertos sobre las perspectivas económicas del país, las apuestas sobre el desempeño del sector siguen siendo muy favorables. El inicio y continuidad de programas de vivienda social, el dinamismo en el desarrollo de proyectos no residenciales y las inversiones previstas en infraestructura, que permanentemente son noticia, constituyen la base para ser optimistas. Solo con los programas de vivienda social se estaría iniciando la construcción de cerca de 120.000 unidades habitacionales adicionales durante el 2015, lo cual se reflejaría en más de 200.000 nuevos empleos, y en la demanda directa de 3 billones de pesos en insumos de la industria, con sus efectos positivos para el comercio minorista de acabados y mobiliario para el hogar.
Con esto, la ruta está trazada y durante el camino se irá ajustando lo necesario, sin dejar de lado que el desempeño del sector de la construcción debe también estar en la mira de quienes generan condiciones para su efectiva ejecución, como las autoridades locales, ambientales y de servicios públicos. Desde el empresariado, lo más claro es que cuando llega la hora de la construcción, es inminente la hora del empleo.
Sandra Forero Ramírez
Presidenta Ejecutiva de Camacol