En lugar de promover un monumento de COP 5.000 millones “a la paz con el M-19”, uno de cuyos delincuentes montó mara aparte y ahora está incendiando al país e incitando al odio, Claudia López debe empezar a trabajar. Ya lleva casi un año de inducción y nada que arranca.
Le dejaron todo hecho y financiado, y lo que no, por lo menos diseñado y aprobado: la PTAR Canoas, con convenio ya firmado con la CAR; las 16 obras por valorización, por COP 906.579 millones, que incluyen el corredor ambiental del canal Córdoba, la reconstrucción de la 116, la terminación de La Sirena, la reconstrucción de vías de la zona industrial, tres puentes peatonales, y la reconstrucción de la 134, entre otras. Miles de empleos que podrían ser generados y que aliviarían la tensión social, algo que, supuestamente, la alcaldesa quiere.
En lugar de estar empujando un plan Marshall, que empeñe al Distrito durante décadas con una deuda de casi COP 11 billones, y le imponga un costoso servicio de deuda a futuras generaciones, Claudia López debería dar julepe (sí, es una palabra castiza, y una de sus acepciones es “urgir, meter prisa”) al metro de Bogotá y a las obras de los transmilenios de la 68 y la Ciudad de Cali, donde no hay la primera palada, la primera piedra, nada.
Tampoco hay acción en las ampliaciones de la Boyacá y la Avenida 9, de la 170 a la 183, que aliviarían el insoportable trancón, ahora exacerbado por las improvisadas, peligrosas, antitécnicas y desocupadas ciclorrutas. Y que no se le olviden los siete Centros de Felicidad que ya están pagados y estarán ubicados en Suba (Fontanar y Cometas), Chapinero (Retiro), Santa Fe (San Bernardo), Kennedy (Gibraltar), San Cristóbal (San Cristóbal) y Tunjuelito (Tunal). Son sitios destinados a la recreación y cultura y a que los bogotanos se refugien de las calles llenas de delincuentes y aire sucio.
En lugar de estar haciendo proselitismo con sillas vacías y editoriales sobre lo que debe o no hacer el gobierno nacional con sus recursos, debería Claudia López estar gastando bien los suyos, para hacer realidad la ALO Sur, la avenida Guayacanes, las billonarias obras de Lagos de Torca, el parque mirador de Imimaní, el Supercade Manitas, el parque de la planta de Gibraltar que dejó construida la anterior administración, los parques lineales de Fucha, Tunjuelo, Arzobispo, Jaboque y Juan Amarillo.
En lugar de estar perifoneando en el techo de un camión, como si ya hubiera ganado las elecciones que piensa ganar en 2026, Claudia López debería terminar los 24 colegios que le fueron entregados en diferentes fases al tomar el juramento que viene incumpliendo y que recordaremos cuando radiquemos la solicitud de revocatoria.
En lugar de estar llamando ‘tapañatas’ a las mascarillas protectoras contra el virus, y ‘chupas’ a los policías que no ha podido poner en orden, Claudia López debería estar trabajando en su despacho, liderando a un equipo de técnicos, muy educados, como ella, pero paralizados por falta de señales claras de su jefe quien, además, debería pulir su ‘jetabulario’.
Sergio Calderón Acevedo
Economista