Los bancos le permiten a la sociedad mitigar los riesgos de ahorrar y prestar dinero; vincular de forma eficiente inversionistas y ahorradores; dar seguridad y velocidad a las transacciones financieras y transmitir políticas públicas, desde la política monetaria hasta la dispersión de subsidios.
Estos efectos positivos sobre los individuos repercuten en la comunidad, generando riqueza y bienestar en la sociedad y se hacen más tangibles cuantos más agentes tienen acceso a los servicios financieros, convirtiéndose en una herramienta clave para reducir la desigualdad financiera y con ello, la desigualdad económica.
En el caso de Colombia, existen barreras exógenas a la bancarización en Colombia: el 4x1000 (desincentiva las transacciones dentro del sistema financiero), la tasa de usura (expulsa a los perfiles de menor capacidad de pago del sistema y los empuja al gota a gota), la informalidad y la ilegalidad (motivan las transacciones en efectivo, reduciendo la capacidad de fiscalizar).
Pese a estas barreras, el sector tiene oportunidades y responsabilidades endógenas para avanzar hacia la bancarización.
Por un lado, la era digital nos permite usar muchos más datos y acceder a nueva información que, con el uso de tecnologías como la inteligencia artificial, enriquece significativamente los algoritmos de riesgos, para llegar a más personas y empresas con propuestas crediticias más personalizadas.
Así mismo, tanto los neobancos como las entidades tradicionales debemos seguir invirtiendo en potenciar los modelos digitales que reducen el coste del sector, y con ello los costos a los clientes y aumentar la inclusión financiera.
Además, gracias a la implementación de modelos de finanzas abiertas, como el que se va a implementar en Colombia, los bancos podremos ofrecer servicios a través de terceros, tanto de entidades financieras no bancarias, como de otros sectores de la economía, y así llegar a más clientes y que estos, puedan contar con soluciones financieras donde y cuando las necesiten.
Por otro lado, todas las entidades debemos invertir en tecnología y en formación a nuestros empleados y usuarios, para poder proteger los datos y los activos de nuestros clientes. Pero igual de relevante es seguir con las colaboraciones gremiales locales, como el CSIRT Financiero y otros transfronterizos, con el fin de compartir entre los distintos bancos las mejores prácticas e información.
Como sector tenemos la enorme responsabilidad de seguir acelerando las inversiones en tecnología y en uso avanzado de datos, y trabajar conjuntamente para poder ofrecer más y mejores soluciones financieras, a más personas y empresas, a más bajo costo y de mayor calidad. Estamos convencidos que esa es la meta y hacia allá enfilamos todos nuestros esfuerzos.
MARIO PARDO BAYONA
Presidente Ejecutivo de BBVA en Colombia