A comienzos del año pasado, a través del decreto 631 de 2018, el Gobierno Nacional creó la figura legal de ‘fuente semillera’. En otras palabras, esta permitió, antes del 31 de diciembre de 2018, registrar y legalizar ante el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), la variedad de semillas que ya había en el país, destinadas a la siembra de cannabis.
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Después de ese periodo, cualquier empresa que quiera usar variedades que no estén en la ‘fuente semillera’, deberán traerlas de otros países como Bulgaria y Canadá que son los únicos autorizados para importar semillas de cannabis, según el ICA.
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Teniendo claro dicho contexto, cabe mencionar que fueron cerca de 1.115 solicitudes, las que recibió el Instituto en dicho plazo, las cuales según la entidad han sido revisadas en su totalidad por ellos, realizando requerimientos o programando visitas a las instalaciones de las compañías que solicitaron los registros con el fin de verificar el cumplimento de los requisitos establecidos.
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Una vez comprobado el cumplimiento de la normatividad, el ICA informó que “a la fecha se han otorgado 169 registros como productores de semilla seleccionada, 18 como importadores, 10 como exportadores, 25 como unidades de investigación en fitomejoramiento y 115 como unidades de evaluación agronómica”.
Es de resaltar que tan pronto se obtiene el registro se deben realizar las pruebas de evaluación agronómica en las distintas subregiones donde se pretende comercializar el producto, para luego inscribirse en el Registro Nacional de Cultivares, para luego poder producir y comercializar.
Sobre las pruebas de evaluación agronómica, Alberto Rosero, director técnico de semillas del ICA, dijo que el Instituto “tiene establecido un protocolo para desarrollarlas en campo, en el cual se tiene que sembrar una localidad por cada subregión, se miden unas variables cualitativas y cuantitativas en los cultivos, para posteriormente, presentar los resultados ante el ICA, que determinará cuáles son aptos para la inscripción al Registro Nacional de Cultivares”.
De otro lado comentó que entre las razones por las que se le rechazan a las pruebas de evaluación agronómica a las empresas, está el mal manejo de estas o abandono de las mismas; la aplicación de agroquímicos que alteren las características de los genotipos;cambios o eliminación de genotipos sin previo aviso al ICA y el manejo de pruebas sin tener en cuenta los protocolos de siembras locales.
Otro de los temas que explicó Rosero es que “en este momento hay ocho empresas que cuentan con 91 cultivares registrados ante el Instituto, las cuales pueden multiplicar su semilla en sus cultivos”.
Respecto a los departamentos con mayor número de empresas productoras de semillas inscritas, se destaca Cundinamarca en la primera posición con 47 registros. A este le siguen Antioquia, Valle del Cauca, Tolima, Cauca y Meta.
Por último, el directivo fue enfático al decir que debido al auge que se ha presentado en la producción de cannabis de uso medicinal y científico en Colombia, el Instituto “ha redoblado sus esfuerzos para verificar que los productores, importadores y comercializadores cumplan con la normatividad”.
En esa misma línea, recalcó que es importante que las empresas utilicen semillas certificadas para garantizar la sanidad en la producción.
