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18 sept 2019 - 10:57 a. m.

Alimentos seguros y sostenibles, el foco de la nueva Corteva

Claudia Cerasoli, presidenta de la multinacional para la región mesoandina habla de cómo se lleva a cabo la autosuficiencia en productos básicos.

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foto Crédito: Corteva

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Tras reiterar su apuesta por que Colombia se convierta en una de las despensas alimentarias del planeta, Ana Claudia Cerasoli, presidenta de Corteva para la región mesoandina, dijo que su confianza en el país es total. La compañía considera que el territorio nacional puede ser autosuficiente en cultivos como el maíz y por eso la directiva habló con Portafolio sobre de las posibilidades de la firma en proyectos locales, convencida del equipo que tendrá.

¿Qué es Corteva Agriscience y de dónde sale?

Corteva Agriscience nace de la necesidad de tener una compañía ciento por ciento dedicada al agricultor, abierta a hablar con él y entenderlo, y en esa misma medida al consumidor. Eso es lo que nos hace diferentes en el mercado.

La compañía, está fundada en las herencias de tres líderes en el sector: Dow, DuPont y Pioneer, lo que significa más de 200 años de experiencia y de presencia. Sin embargo, desde el pasado 3 de junio somos una empresa independiente que cotiza en bolsa, enfocada en el desarrollo de tecnologías y soluciones para el agro.

Somos una empresa conectada con el futuro y con las necesidades de los agricultores, del consumidor y de la sociedad en general. Nuestro nombre, Corteva, significa ‘Corazón de la Naturaleza’, lo que representa nuestra aspiración de ser la empresa agrícola más transparente, innovadora y responsable, con la gente y planeta.

¿En cuántos y cuáles cultivos trabaja para mejorar la producción?

Somos conscientes de que los agricultores necesitan soluciones para los problemas que aquejan sus proyectos agrícolas y de que la sociedad en general necesita alimentos de calidad. Por eso, a nivel global, estamos trabajando en semillas en más de 10 cultivos y en el segmento de protección, contamos con más de 57 ingredientes activos para una gran variedad de ellos.

En Corteva, nos hemos especializado en desarrollar nuevas tecnologías para la protección de cultivos en arroz, banano, pasturas, papa, tomate, aguacate, frutales, vegetales y flores, un segmento de gran interés y potencial en Colombia.

En lo que corresponde a maíz, el uso de semillas híbridas es nuestra prioridad ya que no solo mejora la calidad del grano, sino también la productividad del cultivo, controlando las principales plagas y reduciendo el uso de agroquímicos, promoviendo mejores prácticas y cosechas más rentables y seguras.

¿En términos de protección de cultivos sobre cuáles actúan?

En Colombia nuestra prioridad son pasturas, arroz y maíz. Sin embargo, también trabajamos en soluciones para arroz, banano, papa, tomate, aguacate, frutales, vegetales y flores.

Creemos que el país puede llegar a ser sostenible en varios de estos segmentos a partir de soluciones con baja carga química (lo que representa un menor impacto ambiental), ingredientes activos altamente eficientes y con un profundo respeto por los recursos naturales.

En maíz, el país es deficitario. ¿Cómo llegar a la autosuficiencia?

La autosuficiencia, desde luego, debe venir acompañada de recursos, buenas prácticas y, sobre todo, de la unión de voluntades de parte de todos los actores del sector.

Por eso, trabajamos en la promoción del trabajo colaborativo entre agricultores, gobierno, asociaciones y agremiaciones, academia y empresa privada, con el fin de que juntos podamos generar una agricultura que responda a las necesidades de un mundo en crecimiento. Necesitamos aunar esfuerzos para generar las plataformas que hagan posible el desarrollo del campo colombiano: desde la adopción de tecnologías, acceso a créditos y microcréditos, hasta la reducción de brechas en la participación y reconocimiento de la mujer rural en todo el proceso de transformación.

En términos de operación, le apostamos al uso de semillas de última tecnología, que les ha permitido a los agricultores ver que no solo es posible mejorar los márgenes productividad, sino también el rendimiento promedio por hectárea.

En arroz tampoco nos va muy bien ¿qué hacer allí?

El compromiso con el arrocero colombiano es en seguir innovando en soluciones eficientes para la protección del cultivo, que sean de bajo impacto ambiental y que contribuyan al manejo integrado de las tierras arroceras, en pro de la sostenibilidad de las familias que dependen de la agricultura, pues el arroz es un cereal fundamental en la dieta de todos los colombianos.

En este sentido, estamos llegando al mercado colombiano con una molécula novedosa que ofrecerá al agricultor excelente rendimiento y una baja carga química, ayudándolo a obtener cosechas abundantes y rentables.

En banano el problema hoy son las plagas, ¿qué hacer para combatirlas?
Reconocemos al bananero como un agricultor muy tecnificado y responsable, que lleva en sus fincas procesos exhaustivos y buenas prácticas ambientales, de seguridad y sanidad para evitar contaminación en sus cultivos.

Con la nueva tecnología que trae Corteva Agriscience, queremos contribuir con los productores colombianos, brindándoles herramientas para la prevención y control de plagas, enfermedades u hongos que puedan afectar la salud y seguridad de sus cosechas.

En ese orden de ideas, tenemos programado el lanzamiento de una innovación que representa un hito verdadero en el control de la Sigatoka Negra, la principal enfermedad que ataca a los cultivos de este tipo.

Cuenta con un alto estándar de seguridad y eficacia en dosis bajas (menos de un 80% de ingrediente activo para lograr controles satisfactorios), lo que le permitirá al productor de este cultivo hacer su negocio más saludable, sostenible y rentable a largo plazo.

¿Tienen plantas en el país?

Tenemos dos plantas, una en Cartagena y otra en Barranquilla, con una producciones alrededor de 43 millones de litros y 8 mil toneladas para la producción de cultivos, respectivamente.

Proveemos alrededor del 70% para exportaciones y el 30% restante para el mercado doméstico.

Cuándo se habla de modificar semillas, la gente tiembla ¿es tan terrible?

Con el inicio de la agricultura en el periodo Neolítico, el hombre empezó a hacer modificaciones en las semillas por medio de la selección de las plantas más sobresalientes, esa práctica le permitió incrementar el rendimiento de los cultivos y tener alimento suficiente para sus familias.

Un ejemplo de esto es la evolución del maíz, proveniente de su ancestro el teosinte, que originalmente tenía de 3 a 6 granos por mazorca. Hoy los nuevos maíces pueden tener hasta más de 500 granos gracias a esta innovación.

La modificación de semillas en la actualidad está regulada por leyes y lineamientos de los diferentes países e instituciones como la ONU y la FAO, además de políticas internas en la industria, muy estrictas, que son promovidas y puestas en práctica por empresas como Corteva.

Hoy la sociedad puede tener la confianza de que los actores involucrados en la agricultura seguirán modificando las semillas utilizando estrategias y métodos regulados por autoridades, pero sobre todo seguros y responsables, buscando siempre una mayor calidad en alimentos que llegan a sus mesas.

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