Emprendimiento

08 nov 2019 - 8:00 p. m.

La cruzada de un joven por cambiar la coca por el cacao

Lidera a 72 familias e impulsa proyectos de transformación en una zona donde la cultura de la ilegalidad está “muy arraigada”.

cacao

“El cacao no tiene ningún enemigo”, asegura el productor Elmer Zapata, al compararlo con la coca.

Luis Eduardo Noriega/EFE

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08 nov 2019 - 8:00 p. m.

El anhelo por frenar la violencia empujó a Elmer Zapata Rojas, un técnico en producción agropecuaria de 27 años, a emprender una cruzada en su pueblo para cambiar los cultivos de coca por granos de cacao con la idea de “dejar de ponerle víctimas” al conflicto colombiano.

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“El cacao no tiene ningún enemigo”, dijo Zapata para ilustrar el discurso que utiliza con campesinos en Valdivia, un municipio de Antioquia (noroeste) que se mueve entre la erradicación forzada y la sustitución voluntaria de cultivos ilícitos.

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El joven, que hoy lidera a 72 familias como presidente de la Asociación de Cacaoteros de Valdivia (Asocaval), impulsa proyectos de transformación en una zona donde la cultura de la ilegalidad está “muy arraigada”.

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GRANDES RETOS

Zapata, que desarrolló habilidades gerenciales con estudios en la Corporación Interactuar, pone su historia como ejemplo ante los cultivadores que frecuenta a diario para hablarles del cacao, producto que cambió su vida y que ha exportado a España, Bélgica, Estados Unidos e Inglaterra. “Me salí a los 14 años del colegio para irme a sembrar coca”, contó el productor, interesado en demostrar que “sí es posible construir un futuro en el campo”, pero correctamente.

En 2009, llegó a Valdivia un programa de sustitución de cultivos ilícitos al que se acogió junto a 130 familias: “habíamos sufrido mucho la violencia, no queríamos ponerle más víctimas al conflicto”.

Muchas de ellas desertaron, pero los Zapata se mantienen hoy firmes pese a las diferencias entre un cultivo y otro, pues –según explica el líder de Asocaval– los cultivos de coca producen cada dos meses. “En todos lados hay peligro, se vive con zozobra”, señaló al detallar que en ese mundo deben lidiar con los grupos armados que manejan el negocio, los ladrones y la fuerza pública, “otro enemigo del campesino que cultiva”.

El cacao, en contraste, es un cultivo de “ciclo largo”, en el que a los dos años los campesinos empiezan a ver los primeros frutos y el pico de producción lo tienen después de cinco años.

“No se puede comparar en cuestión de ingresos económicos, pero sí con la tranquilidad”, afirmó Zapata.

La asociación ha sido determinante para Valdivia en esos pasos hacia la paz al apoyar a los agricultores con semillas e insumos, además de darles acompañamiento técnico y dejarles las plántulas injertadas en sus fincas. “Cambiarle la mentalidad a un cocalero no es fácil, pero ahí está el reto”, comentó.

Actualmente, Asocaval atiende más de 300 familias productoras de cacao en 27 veredas, “algunas complicadas” por el tema de orden público, pero con “gente que quiere cambiar”. Bajo su óptica, “el cacao significa oportunidad, progreso y futuro”.

El volumen comercializado por la asociación, que en 2015 fue de 40 toneladas, subió a 66 toneladas en 2018 y esperan cerrar este año con 90 toneladas, según las proyecciones de Zapata, que produce en su finca ‘Los Trozos’.

Hace poco, lograron venderle a una gran empresa inglesa, lo cual “aumenta la credibilidad” en el proyecto, pues sus coterráneos “nunca imaginaron" que productos de Valdivia entrarían al mercado global.

Zapata indicó que para exportar fue fundamental unirse como gremio y por eso crearon la organización Chocolate Colombia con ocho asociaciones de Antioquia y Córdoba, en la región del Nudo de Paramillo, para que los productores manejen el negocio y estén en todo el ejercicio de la cadena.

Esa agremiación ha desarrollado productos como barras de chocolate de origen con alta concentración de cacao y con beneficios para la salud, a diferencia de las “golosinas con sabor a chocolate” altas en azúcar y leche. “Hay que hacer un trabajo fuerte para educar al consumidor colombiano”, comentó el presidente de Asocaval.

La coordinadora de la metodología de desarrollo rural de Interactuar, Adriana Zapata, dijo que jóvenes como Zapata representan esa generación “agromillennial” que trae cambios con habilidades especiales.

VENTA AL EXTERIOR

Hace poco, Zapata logró venderle a la empresa inglesa Willie’s Cacao, tras un recorrido por los cultivos de su propietario, Willie Harcourt-Cooze, reconocido por ser la estrella del documental ‘Willie Wonka’s Chocolate Factory’. “Vendimos cuatro toneladas  para Reino Unido al chocolatero Willie; nos estuvo visitando en la asociación, incluso estuvo en varios cultivos de nuestros productores”, contó el líder cacaotero.

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