Ojalá se repitan hasta el cansancio las multitudinarias manifestaciones en las grandes capitales del mundo contra el cambio climático, que son el grito desgarrador y desesperado de quienes se resisten a la extinción de la vida y del planeta, y exigen políticas urgentes para frenar esta tragedia.
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Los gobiernos del mundo tendrán que escuchar las voces de los millones de terrestres y están obligados a reaccionar con urgencia o serán cómplices, culpables y reos del mayor desastre ambiental del planeta en el presente siglo.
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Si la temperatura aumenta en dos grados y de forma irreversible, estarán firmando, entre otras cosas, la sentencia de muerte contra millones de personas y de especies, pues aumentaría el nivel de mar en unos 60 metros, lo que obligaría a las poblaciones costaneras a desplazarse hacia el interior, entre muchas otras cosas.
Además, se elevaría la temperatura promedio global a los niveles más altos que cualquier intervalo interglacial en los últimos 1,2 millones de años, según un estudio publicado en 2018 por la American Proceedings, la publicación oficial de la Academia Nacional de Ciencias de EE. UU.
Si no podemos detener el cambio climático “entraremos en un caos total. Nuestras sociedades no podrían continuar como están ahora con un aumento de temperatura promedio de 4°C a 5°C. Simplemente, sería insoportable”, explicó a CNN Katherine Richardson de la Universidad de Copenhague y una de las coautoras del informe de la American Proceedings.
El cambio climático es, por lo tanto, más que la mayor amenaza al Planeta en el presente siglo, el basilisco que engullirá nuestro futuro y nos devorará sin misericordia si no se toman medidas urgentes.
“Los fenómenos extremos están empeorando y cada vez son más las personas que están expuestas a ellos, especialmente en las ciudades asiáticas de rápido crecimiento, que son muy propensas a las tormentas”, según los científicos.
YA NOS AFECTA
Las primeras alertas son una realidad. El Centro para el Monitoreo de Desplazamiento Interno (IDMC) - que recopila datos de gobiernos, agencias humanitarias de la ONU e informes de prensa- concluyó en su informe de 2019 que las inundaciones, deslizamientos de tierra, huracanes y otros fenómenos climáticos extremos desplazaron a 7 millones de personas en los primeros seis meses de este año, lo que supera cualquier otra cifra asociada a desastres hasta la fecha. Por eso, no dudan en afirmar que 2019 podrá concluir convertido en el año más desastroso de las últimas dos décadas.
Los fenómenos metereológicos extremos, en especial tormentas, desplazaron casi el doble de personas en comparación a los producidos por conflictos y violencia, según este centro de monitoreo.
En marzo y abril, por ejemplo, medio millón de iraníes tuvieron que abandonar sus hogares y acampar en refugios temporales después de que gran parte del país sufriera una de las peores inundaciones en décadas. En la India y Bangladés, unos 3,4 millones de personas fueron evacuadas en mayo, antes de que el ciclón Fani llegara a la Bahía de Bengala.
En Bolivia, las inundaciones provocadas por las intensas lluvias provocaron deslizamientos de tierra en los primeros cuatro meses del año lo que desplazó a más de 70.000 personas, según el informe.
“Con el impacto del cambio climático, en el futuro se espera que este tipo de peligros se intensifiquen… Naciones como las Bahamas, que de manera repetida se ven afectadas, deben prepararse para tendencias similares, que incluso podrían empeorar”, según admitió al New York Times Alexandra Bilak, directora del Centro.
Los autores del informe estiman que la situación podría empeorar hasta el final del año, cuando el número de desplazados por fenómenos metereológicos extremos podría elevarse a los 22 millones de personas debido a las tormentas y ciclones que afectan en septiembre y octubre algunas zonas del Planeta.
Más de 200 países se comprometieron a tomar medidas contra el cambio climático en virtud del Acuerdo de París alcanzado en 2015. El acuerdo impulsó a los firmantes a trabajar juntos para evitar que las temperaturas suban más de 2°C por encima de los niveles preindustriales.
Sin embargo, no hay objetivos vinculantes y Estados Unidos se retiró más tarde, dando un golpe a los esfuerzos globales para formar un frente unido contra el cambio climático.
Gloria helena Rey
Especial para Portafolio