En días pasados tuve el honor de ser invitado por la casa Edrington al lanzamiento de uno de sus más prestigiosos whiskys en la ciudad de Nueva York, nada mas y nada menos que el Macallan Estate. Encantado asistí porque la invitación incluía visitar lo más actual y reputado de la gastronomía de la gran manzana como el ABC Kitchen, la cocina del Hotel NoMad, el Aviary, con su cocina sorprendente y el tradicional Del Friscos, un clásico de Manhattan, como salido de la serie ‘Suits’.
Por si fuera poco, visitamos con un grupo de periodistas latinoamericanos las mas reputadas barras de la ciudad donde los ‘Rooftop’ de las torres mas altas de la Manhattan imponen tendencia con la mejor coctelería del mundo. Recuerdo con emoción el Rainbow Room en el piso 65 del Rockefeller Center y su decoración Art Déco, un sitio salido de la mente de Scott Fitzgerald y las inolvidables fiestas del Gran Gatsby, mirando la impotencia de esa ciudad vertical.
El día señalado para el lanzamiento de ese whisky se marcó el 19 de julio (2018) y se hizo en una hermosa casa estilo neoclásico a orillas del Hudson, ese día, hasta la naturaleza se puso en acuerdo para dicho evento, pues en pleno verano neoyorkino, una pesada bruma bajó dando una umbría atmósfera escocesa al lanzamiento.
Pero mas asombrado quedé cuando Morag Ralph, la encargada de las visitas a la casa de Macallan ‘Easter Elchies House’ en Escocia, me explicó la características de este original whisky de malta. De manera pausada y con ese inglés cargado de ‘erres’ contundentes, proveniente del lenguaje esotérico que hablaban los misteriosos pictos, me explicó que el Macallan Estate es un whisky que proviene de los campos de cebada de la propiedad de Easter Elchies, la casa espiritual y material de Macallan, la misma que fundó en 1824 Alexander Reed y que en buen gaélico traduciría algo así como Magh: fértil y Ellam: San Fillán (Los fértiles campos de San Fillán), monje que además de llevar el cristianismo a las islas, llevó el secreto de la cebada malteada a la Gran Bretaña, con el legendario San Patricio.
Esta cebada con Denominación de Origen (D.O.) tipo Mystrel y Concerto, diseñada originalmente para algunos de los whiskys más selectos de Macallan, es de la familia de dos carriles que concentra una buena cantidad de azúcares, lo que permite whiskys más untuosos y sedosos en boca.
Esta pequeña parcela de cebada en el corazón de Spey Side, representa apenas el 1% de la cebada que Macallan utiliza para la elaboración de sus afamados whiskys de malta, de allí que sea la expresión exclusiva del bien llamado whisky de Terroir. Para ilustración del lector, la expresión Terroir (en vinos) se refiere a esa pequeña parcela que por sus condiciones de micro clima, suelo y calidad de sus uvas, da vinos excepcionales. Por este motivo me atrevo a afirmar que Macallan está utilizando los mismos conceptos de los grandes vinos del mundo para elaborar sus whiskys.
A esta novedad en whiskys de parcela, inédita hasta la fecha, se deben sumar los seis pilares que viene predicando Macallan para sus destilados y que también se parecen mucho a los preceptos aplicados a los grandes vinos.
Finalmente, pude probar el Macallan Estate y lo que primero llamó mi atención fue su color castaño intenso, casi ‘aleonado’ como se dice de los grandes Portos, luego en nariz adoré sus notas espaciadas donde la canela predominante daba paso a notas de caramelo, cáscara de naranja, limón edulcorado y dulce de banano. En boca suave y especiado con notas de pasas confitadas y un final cítrico arropado por una nota de roble, elegante y feliz.
Regresé con nostalgia pero con la certeza que los grandes destilados y vinos del mundo se tocan en un punto, y este es el cuidado, la pasión y el orgullo por mostrar su lugar de origen.
UN SABOR QUE CAUTIVA MACALLAN ESTATE
La expresión Terroir (en vinos) se refiere a esa parcela que por sus condiciones de micro clima, suelo y calidad de las uvas, da vinos excepcionales.
José Rafael Arango
Especial para Portafolio