La situación de la agricultura y la producción pecuaria del país atraviesa uno de sus más duros momentos.
Todo como consecuencia del paso sin piedad del fenómeno de La Niña, que persiste en Colombia desde hace 29 meses y que, de acuerdo con el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), podría extenderse durante el primer semestre del 2023, lo cual plantea retos que no son menores para el sector.
(Vea: Agricultura sigue en vilo ante la escasez de los fertilizantes).
Según cifras dadas por la ministra de Agricultura y Desarrollo Rural, CeciliaLópez, en el territorio ha habido inundaciones en un 3% o 4% de las áreas sembradas.
“La que más ha sufrido ha sido la de café, pero también lo han hecho las de productos de la canasta básica como el plátano. Pero las inundaciones están en esa proporción, la del 4%”, afirmó recientemente la funcionaria.
Sin embargo, estas afectaciones también han sacado a flote importantes retos a los que se enfrenta el sector en materia de cambio climático y sostenibilidad.
Para Jorge Bedoya, presidente de la Asociación de Agricultores de Colombia (SAC), el futuro dependerá de la capacidad de adaptarnos al cambio climático, y la mitigación de riesgos que se puede hacer por parte del Estado y del sector privado.
“Lo que estamos viviendo con las lluvias está generando problemas cada vez más serios y por más de que se establezcan buenas prácticas por parte de los productores, el exceso de agua en los suelos complicará hacia adelante la preparación de tierras y la producción misma”, recalca el dirigente gremial.

La agricultura es uno de los pilares de América Latina de cara al futuro.
Archivo EL TIEMPO
De acuerdo con Andrés Valencia Pinzón, ex ministro de Agricultura, el factor ambiental plantea un desafío para el campo colombiano, toda vez que el país es una de las 10 naciones más vulnerables por cuenta de la variabilidad climática.
Para el exfuncionario, esto implica mayor presencia de plagas y enfermedades, lo que conlleva problemas fitosanitarios y zoosanitarios que afectan la rentabilidad y productividad de los sectores agrícolas y pecuarios.
(Vea: Consolidando el papel de la agricultura hacia la COP28).
Y como si esto fuera poco, hoy el agro se enfrenta a un problema conjunto y mayor. Para el exministro, “la rentabilidad se está viendo afectada por el crecimiento de los costos de los insumos”.
Es una situación que ha generado un problema adicional para millones de personas: la exacerbada carestía de los insumos,que obliga a los productores a bajar la guardia en la protección de los cultivos.
“En ese contexto, con costos elevados, se racionaliza la utilización de los insumos, lo que genera problemas de calidad y productividad”, subraya Valencia.
Igualmente, Germán Palacio, gerente general de Fedepapa, gremio de los productores de este tubérculo, considera que los problemas climáticos afectan al sector, particularmente en la calidad del producto, dado que el exceso de agua en los cultivos genera daños e incide en el uso de más aplicaciones contra enfermedades como la gota.
“Adicionalmente, con las vías secundarias y terciarias que hay en el país, se encarece la entrada de insumos para sembrar y la salida del producto terminado. Ese tipo de cosas afecta a todo el sector agropecuario colombiano. Tenemos que ser más conscientes de los efectos que está haciendola humanidad por no cuidar el medio ambiente”, señala el gerente a Revista Portafolio.
Impactos y soluciones Según Palacio, hace 18 meses producir una hectárea de papa costaba alrededor de $22 millones y los valores de hoy están cercanos a los $40 millones por hectárea.
(Vea:Gobernación del Valle quiere convertir a campesinos en empresarios).
“Hemos hablado con la ministra de Agricultura para revisar los costos de producción no solo de la papa, sino de otros sectores por el encarecimiento de los insumos. Vemos que para este mes de diciembre y enero del 2023, los precios vana estar altos, y van a impactar porque la cosecha de la sabana cundiboyacense, que representa el 65% de los puestos de producción, no está saliendo dada su culminación y apenas va a hacerlo la del sur del país, que es el 35%”, afirma.
Por su parte, José Félix Lafaurie, presidente de Fedegán, el gremio de los ganaderos del país, manifiesta que el sector ha venido adaptando sus esquemas productivos a sistemas silvopastoriles intensivos, es decir, una ganadería sostenible.
Por consiguiente, el directivo asegura que el cambio climático está haciendo más evidente la necesidad de que los ganaderos hagan un cambio de paradigmas y, en consecuencia, se ajusten a las tecnologías actuales.
“Los sistemas silvopastoriles de la ganadería intensiva son mucho más productivos, además de los efectos sobre el medio ambiente. El 2023 va a ser muy duro, porque las zonas inundadas son lugares donde hay una destrucción del pasto y donde muchas veces los potreros terminan con maleza. Por consiguiente, recuperar esa pradera va a costar un buen dinero. Hay una oportunidad para que en vez de mantenerse en sistemas tradicionales, se hagan esfuerzos para reconvertir el esquema productivo. Eso implica que el Gobierno establezca límites especiales para los sistemas ganadero-sostenibles”, advierte.
Sin embargo, las soluciones y desafíos tocan a todo el sector. La directora de la Cámara Fedemol de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), Pilar Ortiz, explica que durante el 2021 y el 2022, el sector agrícola mundial ha tenido serias dificultades por el cambio climático.
Según la funcionaria, en el 2021 la cosecha de trigo canadiense se redujo en un 30% y hoy en Argentina están ‘muy preocupados’ porque la que está por recogerse no va a alcanzar para cubrir el consumo interno y los compromisos internacionales.
“Argentina es un gran exportador de trigo y produce lo suficiente para atender la demanda interna y exportar, pero el cambio climático está afectando esta cosecha. En Colombia hemos visto cómo el fenómeno de la Niña ha afectado los cultivos,porque llevamos más de seis meses en ola invernal”, asegura.
Los diferentes productores agrícolas han venido preparándose y trabajando en el camino hacia una agricultura más sostenible no solo para contribuir en el cambio climático, si no para movilizar sus cosechas y productividad hacia una mejor rentabilidad.
Según el presidente de la SAC, “la ciencia, el desarrollo y la tecnología irán desarrollando variedades resistentes a nuevas plagas y enfermedades, pero va a ser una situación muy compleja. Es un futuro que puede ser incierto dependiendo de la capacidad de adaptación y de lo que se haga en la investigación y de lo que pueda hacer el Estado colombiano”.

Agricultura.
Archivo El Tiempo
De igual manera, Andrés Valencia Pinzón, ex ministro de Agricultura, considera clave avanzar hacia la generación de métodos de producción amigables con el medio ambiente, que busquen la protección de los recursos naturales, especialmente el agua y los suelos, que denvía a zonas de protección a través de la siembra de árboles, especialmente en zonas de ladera.
Igualmente, recalca la importancia de generar nuevas variedades de semillas para el cultivo de productos agrícolas más resistentes a las plagas y enfermedades. Y un tercer elemento es producir más con menos.
“Esto quiere decir aumentar la productividad y racionalizar el uso de insumos que afectan tanto la emisión de CO2 como el deterioro de los suelos”, advierte.
Para Lafaurie, está probado que el sistema silvopastoril ganadero “vuelve más productivo al sector, con más animales por unidad de superficie y más captura de carbono, disminuyendo la temperatura. Y preserva mucho más el agua que cae, especialmente en épocas de pocas lluvias”.
(Vea: ‘Pandemia nos abrió puertas a múltiples negocios’: Agro Go).
Por otra parte, desde el sector productor de papa se sigue trabajando en materia de productividad.
El gerente de Fedepapa, Germán Palacio, explica que se está “impulsando la utilización de semillas certificadas – apenas en Colombia se utiliza el 5%–, además de que es necesario producir con análisis de suelo y con un paquete tecnológico que se acomode a los costos de producción, para no hacer lo que hacen muchos productores, que son aplicaciones sin necesidad y botando la plata”.
En la misma línea, Pilar Ortiz, directora de la Cámara Fedemol de la Andi, expresa que el futuro de la agricultura en el futuro más próximo e incluso en el largo plazo, está en la investigación y la tecnología de precisión.
“Hay que buscar la manera de producir suficiente con menos recursos naturales y para eso hay que desarrollar semillas resistentes,por ejemplo, a las sequías. Hay que trabajar en agricultura de precisión para usar los insumos agrícolas estrictamente necesarios o sistemas de riego que no desperdicien agua. Hay que investigar mucho enfocados en proteger al máximo los recursos naturales y poder optimizar la productividad”, concluye.
DIANA K. RODRÍGUEZ T.
PERIODISTA PORTAFOLIO