Muchas veces, se cree que la diabetes y el colesterol elevado son padecimientos que llegan con la edad. Hoy en día, es bien conocido que su origen está en los malos hábitos alimenticios y de actividad física adquiridos desde la niñez.
Por eso, una buena herencia para las nuevas generaciones es compartirles el gusto por las actividades al aire libre y en estrecho contacto con la naturaleza.
Actividades tan sencillas como saltar la cuerda o jugar al avioncito son excelentes maneras para fortalecer músculos, pulmones y corazón; mejorar su coordinación e inteligencia en tiempo y espacio, así como desarrollar sus habilidades sociales y de equipo.
La educación de los niños es realmente una cuestión de equilibrio: desarrollar su paciencia y tolerancia, al mismo tiempo que su creatividad y coordinación. Suena complejo, pero en la práctica es mucho más sencillo. A continuación, algunas sugerencias para disfrutar al máximo del juego al aire libre.
Padres prevenidos valen por mil. Es importante proteger a los niños de los rayos ultravioleta con un bloqueador de factor de protección solar entre 30 y 40.
Además, vestirlos con ropa de color o brillante para identificarlos fácilmente; delimitar un área de juego segura y no perderlos de vista, sin que esto implique sobreprotegerlos, pues caerse es parte del juego.
Lleve una muda extra de ropa, preferiblemente en un morral para tener las manos libres y jugar con los niños sin descuidar sus pertenencias.
Jugar da hambre, por eso un pequeño refrigerio de sánduches y fruta puede convertirse en un divertido ‘pic-nic’.
Cuando el niño pasa de los 2 años, se pueden organizar carreras de bicicletas y triciclos, juegos con globos llenos de agua y partidos con pelotas.
Es conveniente, así mismo, llevar una lupa y descubrir con los niños diferentes tipos de hojas, flores y bichos. Como decía Jacques Cousteau, “nadie ama aquello que no conoce y nadie cuida aquello que no ama”.
Por otra parte, la mejor manera de hacer contacto con nuestras emociones y ofrecer una respuesta creativa en lugar de reactiva a las diferentes circunstancias que se presentan, es respirando. Después de un día complicado, un área verde es un respiro para padres e hijos.
TIPS PARA DIVERTIRLOS EN UN VIAJE
*Llevar juegos de mesa portátiles: memoria, serpientes y escaleras o damas chinas.
*Cantar es otra buena terapia para que los pequeños se diviertan en un viaje.
*Crear cuentos entre todos o juegos como ‘veo, veo, qué ves’ y adivinar animales por sus características.
*La empresa de juguetes Imaginarium recomienda el uso de tabletas diseñadas especialmente para niños.