TESTIMONIO VIVIDO
“Supe que mi familia en Manzanares, donde nací, disfrutaba de una condición económica cómoda y ejercía política dentro del Partido Liberal. Al arreciar la violencia entre liberales y conservadores, salimos en condición de desplazados a Pereira. No tengo recuerdos de esa época. Sólo algunos ramalazo brumoso”.
Humberto de la Calle, el abogado y político que dirigió las conversaciones del Gobierno de Juan Manuel Santos con las Farc; y quien además representó al de César Gaviria en la Constituyente del 91, cuenta la historia de sus vivencias profesionales y personales en Memorias Dispersas.

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Belisario Betancur, Virgilio Barco, Álvaro Gómez, Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, son algunos de los personajes de la historia política reciente del país que De la Calle trajo a colación en sus anécdotas.
Para él, la vida no es una secuencia lineal de hechos relevantes. Es más bien un collage.
“Si me preguntan cuál es el propósito final de este libro, podría decir que es una suma de testimonios sobre la libertad como construcción que se lograría mediante la acumulación de pormenores, gestos, equivocaciones, contramarchas, y que, al enhebrarlos, terminan expresando un hilo, fuerte a veces, diluido en otras”.
De la Calle se refiere a aspectos como el de cómo su infancia estuvo marcada por la religión, pero cómo desde el bachillerato comenzó su proceso de separación de la iglesia católica.
Y, asimismo, explica en estas páginas por qué hace parte del grupo de los que no se sienten cómodos llamando a Gabriel García Márquez como “Gabo”.
DESDE CUALQUIER LUGAR
“Como ocurre con ciertas divas, y ciudades cuya belleza fascina inmediato, sin duda el caso de París, para no hablar del esplendor teatral de Venecia, de los rincones medievales de Praga o de las reminiscencias imperiales que aún quedan en Viena. Con Lisboa y con Roma no ocurre lo mismo. Son ciudades secretas, de algún modo íntimas”.
Postales de una vida es la revisión que el escritor y periodista nacido en Tunja vuelve a hacer sobre su pasado a partir de los lugares que visitó y las personas que conoció.
Desde Mallorca en España, hasta finas descripciones sobre las ruanas de Boyacá, hacen parte de los relatos que se abordan en el libro, que revela una vida llena de grandes experiencias y un fuerte componente cultural e histórico.

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“Caracas. Un bar en los altos del Hotel Nacional. El argentino que me ha dado cita allí, me lleva a la fuente. Apenas esta se abre descubro quién es, la fuentes Perón. El propio Perón recién derrocado. Un Perón que no parece en aquel momento un caudillo dueño de Argentina, sino un simple abuelo en mangas de camisa”.
El libro muestra momentos significativos para el devenir no solo de Mendoza, sino de Colombia y Latinoamérica desde mediados del siglo pasado a hoy.
Como dice Álvaro Vargas Llosa en el prólogo: “conozco a buenos novelistas que son cronistas muy divertidos, a reporteros avisados que son conversadores cautivantes, a comensales entretenidos que son buenas personas, pero conozco a pocos seres humanos que son todas esas cosas juntas. Plinio Apuleyo Mendoza es una de esas raras aves”.