El ‘Strati’ (capas, en italiano, en alusión a que se manufactura agregando lámina sobre lámina) es un vehículo eléctrico que se imprime utilizando como materiales principales un plástico denominado ABS mezclado con fibra de carbono.
Este carro impreso en 3D tarda menos de dos días en fabricarse mediante un proceso llamado ‘Broad Area Additive Manufacturing’ o BAAM, (fabricación aditiva a gran escala) y se termina de montar en 48 horas más incorporando a su cuerpo principal la batería, el motor, el cableado, la suspensión y otros componentes mecánicos suministrados por otros fabricantes, como la francesa Renault.
Mientras que un automóvil convencional está formado por más de 20.000 piezas, el Strati no llega al centenar sumando sus componentes impresos, como el cuerpo principal, la cubierta del techo, el parabrisas o las ruedas, y las de tipo mecánico o eléctrico, suministradas por terceros, según aseguran sus creadores.
En el proceso de impresión se utiliza una tecnología denominada ‘Direct Digital Manufacturing’ o DDM (manufactura digital directa), que permite fabricar piezas físicas directamente a partir de archivos de datos, mediante maquinaria controlada por un ordenador.
Dura alrededor de 44 horas y permite obtener un ‘carro conducible’, es decir que puede ser conducido una vez ensamblando, según la empresa que lo fabrica.
Este hito de la tecnología lo ha desarrollado un consorcio liderado por la compañía estadounidense Local Motors, LM, y fue fabricado por primera vez, a la vista del público, durante el International Manufacturing Technology Show 2014, IMTS, (Muestra Internacional de Tecnologías de Fabricación 2014), celebrado en Chicago, EE. UU.
VEHÍCULO PARA GRANDES CIUDADES
El Strati ha sido especialmente diseñado para el tráfico urbano y las necesidades de transporte de quienes conducen en grandes ciudades como Chicago, la tercera urbe de Estados Unidos por número de habitantes (cerca de tres millones).
Diseñado por el italiano Michele Anoé, miembro del equipo profesional de LM, este vehículo conceptual funciona con energía eléctrica, tiene capacidad para dos personas y cuenta con un techo retráctil. Gracias a la ciencia de materiales y a las técnicas de fabricación avanzadas, su cuerpo principal puede imprimirse en 3D en una sola pieza, señalan fuentes de la compañía.
“El proceso BAAM que utilizamos es muy similar al que emplean la mayoría de las impresoras 3D de las oficinas, solo que nuestra maquinaria es mucho más grande y, en vez de utilizar filamentos de plástico para alimentar las extrusoras, utiliza ‘pellets’ (gránulos) de carbono y plástico, una materia prima más barata y que permite experimentar con más combinaciones de materiales”, dice Kate Hartley, directora de comunicación de Local Motors.
Según los técnicos, las máquinas de extrusión o extrusoras permiten que los componentes con los que son cargadas se derritan y sean expulsados a presión, gracias a un molde, obteniendo la forma requerida de cualquier tipo de material, bien sean metales, plásticos o hasta de comida.
Según Hartley, “el siguiente paso consistirá en acelerar la velocidad de impresión, manteniendo la calidad, con el objetivo de conseguir que el coche resulte fácilmente imprimible en un solo día”.
Respecto de si Local Motors es la primera en imprimir un carro, Hartley, señala: “Sí y no, ya que otros fabricantes producen el cuerpo principal de un coche impreso, pero solo imprimen los paneles y otras características del vehículo, tradicionalmente en plástico, utilizando como soporte una estructura de ‘marco interno’, mientras que en LM somos los primeros en imprimir juntos la carrocería y el chasis de un vehículo".
LM asegura que planea comenzar pronto la producción de vehículos impresos en 3D, que estarán disponibles para el público en general a partir del año 2015.
Como paso previo a lanzar un modelo para los usuarios en general, es probable que se desarrolle una versión de baja velocidad para aplicaciones especiales, con la colaboración de los asociados en este proyecto.
EFE/REPORTAJES