La empresa farmacéutica Biib, también conocida a nivel internacional como Biogen Ma Inc., cuya casa matriz está ubicada en Massachusetts (EE.UU), llegó al país con una nueva identidad para operar desde aquí y así facilitar la entrada de medicamentos para tratar enfermedades poco comunes y trastornos neurodegenerativos, que por sus características agresivas, reducen significativamente la expectativa de vida de los pacientes.
Manuel Dueño, director de la oficina de Bogotá, habló con Portafolio.
¿Hace cuánto llegó la empresa al país y cuál fue la motivación?
Llegamos en mayo de 2018 y la motivación podríamos decir que se resume en tres categorías. Primera, el talento humano que hay en Colombia; número dos, el país tiene un nivel de medicina destacado en el mundo, y tres, representa uno de los cinco países en Latinoamérica con una cantidad mayor de pacientes con condiciones neurodegenerativas.
En el área de Biogen nos enfocamos en enfermedades raras, que básicamente son padecimientos que tienen una prevalencia de un paciente por cada 10.000 habitantes.
Biogen se especializa en este rango específico porque son enfermedades de cierta manera olvidadas por el sistema y las industrias farmacéuticas grandes porque requieren de un grado de inversión y de estudio más contundente, y obviamente representan un riesgo.
Biogen entra al mercado con un producto para atender la atrofia muscular espinal, pero ya tenía presencia a través de un distribuidor.
Básicamente lo que está haciendo la compañía ahora es encargándose de la distribución y obviamente estando ya sola como Biib Colombia aquí en Bogotá.
Al no trabajar con distribuidores y estar directamente tenemos la oportunidad de brindar un mejor servicio al paciente, de llegar más rápido a él e invertir en el sistema, de contribuir con nuestro conocimiento y trabajo.
¿Es decir que no van a producir en el país?
No, vamos a desempeñar labores de distribución.
Sin embargo, cabe señalar que esto es completamente normal en la industria y es común como modelo de negocio a nivel internacional porque estas enfermedades requieren de una inversión muy alta para la investigación y la tecnología que se utiliza.
Como Biogen producimos a nivel mundial en tres plantas, dos en Europa y una en EE.UU. y en el resto de los países lo que hay es un sistema comercial, por lo que no tenemos manufactura en el país.
¿Por qué cambiaron su nombre para llegar a Colombia?
Como sabemos que se podía prestar para confusiones, llegamos a Colombia con el nombre Biib, porque ya hay una compañía llamada Biogen en el país con varias líneas de productos, especializada en la parte estética. Entonces elegimos Biib porque es nuestro acrónimo en Wall Street.
¿Cuáles son sus líneas de productos?
Aquí nos dedicamos específicamente a esclerosis múltiple y a atrofia muscular espinal, son básicamente cinco líneas de productos de la primera enfermedad, y en el caso del segundo padecimiento estamos en conversaciones con el Invima para hacer el registro de un producto que aún no tiene aprobación, pero ya estamos en la fase dos. Llevamos un año en ese proceso.
Este ha sido un proceso interesante porque somos conscientes de que tenemos una responsabilidad social con el sistema de salud y el erario público con nuestro papel, para poder brindar acceso a un medicamento que literalmente salva vidas y que es el único aprobado en el mundo para tratar esta enfermedad. Con esa enfermedad estamos hablando de niños que se mueren antes de los dos años y este es el único producto que tiene la capacidad de revertir la progresión de discapacidad a esta población menor de edad.
Estos pacientes tienen todo el sistema neurológico al 100% pero lamentablemente tienen un problema genético que les impiden respirar bien, tragar bien, sentarse, moverse... y aunque cognoscitivamente están perfectamente, con la progresión de la enfermedad mueren en poco tiempo.
Al estar en contacto con Invima estamos haciendo las cosas diferente, porque estamos evitando la ruta de “vital no disponible” y de la judicialización. Para brindar acceso a este medicamento rápidamente sin que ninguna de las partes se vea afectada, en este caso específico el sistema de salud, que sabemos que como en todas partes del mundo tiene problemas económicos.
Este tipo de medicamentos deben ser provistos por el sistema de salud porque los pacientes, en general, no tienen la capacidad económica necesaria, ni la independencia de acceder a ellos sin la intermediación de una institución. Se requiere que una entidad acompañe al paciente para que pueda llegar al tratamiento. Llegar a esto implica un diagnóstico y una valoración médica, por lo cual el paciente solo no puede hacerlo. Y de nuevo, está el componente económico, son medicamentos que no son de consumo abierto.
¿Cuánto cuesta este producto?
Como no tenemos registro aún no podemos hablar de precio sino de referencias, en Estados Unidos el valor está alrededor de entre US$95.000 y US$125.000, una dosis. No obstante, en Colombia existen otros productos que tienen el mismo costo y están por rutas de ‘vital no disponible’, es decir que es comparable con otros productos que ya el Gobierno reembolsa.
¿Qué expectativas tienen para el 2019?
Además de lo anterior, tenemos la expectativa de trabajar con pacientes que tienen otras enfermedades. Tenemos la disponibilidad muy cercana de traer el primer medicamento para manejar la condición de Alzheimer. Y vamos a ver, si las autoridades lo permiten, podríamos empezar a trabajar junto a la Universidad de Antioquia que tiene un centro de investigación grande que estudia esa condición.