Perder el trabajo es una de las coyunturas más difíciles que puede enfrentar un profesional, no solo desde el punto de vista personal, sino desde la perspectiva familiar.
Pero, ¿qué pasa cuando esta coyuntura la debe afrontar una persona que está ubicada en la cima de su carrera?, ¿cómo reinventarse después de un golpe tan duro?, ¿es más fácil o más complejo para un ejecutivo de alto rango reencausar su rumbo profesional?
Justamente la caída de los precios del crudo y los cambios en las estructuras organizacionales de empresas petroleras y proveedoras de bienes y servicios para esta industria ha hecho tambalear la estabilidad de muchos ejecutivos que no contaban con esta coyuntura.
La firma Lee Hecht Harrison, LHH, es una consultora que se ha especializado en brindar servicios de ‘outplacement’, que significa asesorar a las empresas y a los ejecutivos que deben salir de la organización para que la transición para ambos sea manejada adecuadamente.
“Uno ve que hay un aumento de la contratación de nuestros servicios, en particular en el sector de hidrocarbros y empresas asociadas a esta industria. Hay una salida muy grande de gente de estas empresas”, comenta Juan Carlos Linares, presidente de LHH para Colombia, Ecuador y Costa Rica.
LA PRUDENCIA DE LOS SABIOS
Una de las primeras recomendaciones que hacen los expertos para quienes quedan vacantes, es hacer una nueva planificación financiera teniendo en cuenta el cambio en los ingresos.
La mayoría de ejecutivos que quedan en esta situación reciben un plan de retiro y unas liquidaciones que deben utilizar con prudencia, teniendo en cuenta que en los siguientes meses sus ingresos van a cambiar.
Esto puede implicar una serie de ajustes en los hábitos que son difíciles de asumir, pero fundamentales para evitar tener que encontrarse en una situación de desfinanciamiento.
Aunque es común pensar que los profesionales de cierto rango son más organizados en sus finanzas, y tienen más ahorros, dado que su sueldo les permite reservar más recursos, de acuerdo con Linares, en los países de América Latina este hábito de planeación financiera no es tan arraigado.
“Nosotros (los latinoamericanos) valoramos mucho la estabilidad laboral y es algo que ya no existe, pero seguimos apegados a este sueño. Por esta razón, hay que pensar en planes de carrera personal a largo plazo y estar preparados”, concluye.
ES POSIBLE VOLVER A EMPEZAR
De acuerdo con las guías de LHH, cuando una persona, de cualquier rango sale de una organización, en particular si lleva varios años en la misma compañía, necesita tres cosas: apoyo, información y estructura.
“Hay quienes salen de la empresa absolutamente despistados, personas que no han hecho una entrevista laboral en 10 o 15 años, no saben qué hacer con su carrera, cómo tener una estrategia de ‘marketing’ personal en el mercado, dónde buscar empleo y dónde pueden transferir sus características particulares a otras industrias”, explicó Linares.
Por eso, lo primero que se recomienda en estas circunstancias es tomarse un tiempo para construir una visión de carrera a mediano y largo plazo y diseñar una estrategia en torno a esa visión.
Por ejemplo, un vicepresidente de una compañía, que de un momento a otro se queda desempleado, debe decidir entre varias alternativas. Las más comunes son: buscar un nuevo empleo, bien sea en el sector donde se estaba desempeñando o en otro renglón; volverse independiente, mediante la prestación de servicios de consultoría o incluso instalando un nuevo negocio; o tomarse un tiempo sabático, para descansar y estudiar las opciones con mayor detenimiento.
“Yo diría que esta última opción es tomada por el 0,01 por ciento de la población”, explica el ejecutivo.
La toma de la decisión sobre qué camino seguir, debe estar fundamentada en una evaluación concienzuda de cuáles son las capacidades y las habilidades de cada persona.
Por ejemplo, a pesar de las ventajas que tiene el ser independiente, hay que entender que no todas las personas tienen el nivel de riesgo o las características que se requieren para serlo.
Si se opta por buscar trabajo, hay que actualizar la manera de darse a conocer ante el potencial nuevo empleador y aprovechar sabiamente la red de contactos personales que se ha construido para buscar oportunidades más adecuadas para el perfil del ejecutivo.