Para impulsar el turismo gastronómico en el sur de España se inicia hoy con mucho humor la primera licenciatura en tortillología, en el municipio andaluz de Cádiz, con la participación de más de 40 estudiantes o ‘tortillantes’, anuncia a Portafolio desde allí el empresario y periodista Pepe Monforte, uno de los organizadores.
Los estudios se centrarán en el centenario arte culinario de la tortilla española, el mayor y más antiguo exponente de la ‘tapatología’ ibérica, que registra en Cádiz una de sus mayores y más ricas variedades.
“Es una de las tapas más características de los bares y, de hecho, a la tortilla de patatas también se le conoce como tortilla española”, comenta Monforte.
Este conocido y popular plato empezó a figurar en las Crónicas de Indias en 1519, después de que los españoles descubrieran la papa o patata gracias a los Incas en América del Sur y que empezaran a prepararla dos siglos después que los aztecas, según algunos registros.
Por eso, los organizadores de esta curiosa licenciatura gastronómica sostienen que los estudiantes o ‘tortillantes’ tendrán mucho que aprender antes de recibir su título, “pues la tortilla cuenta con diferentes formas y se elabora de muy diversas maneras.
Todas son exquisitas y tienen su historia.
En Cádiz, por ejemplo, algunas llevan haciéndose hace más de 40 años y otras, pese a su antigüedad, continúan cocinándose en el mismo sartén, como en el bar El Apolo de El Puerto de Santa María, afirma Monforte
PARA GRADUARSE
Para obtener la licenciatura, los ‘tortillantes’ pagaron entre 10 y 15 euros de matrícula, dependiendo si estaban o no suscritos a la revista gastronómica Cosas de comé, que patrocina el curso junto con el Colegio oficial de tapólogos de Cádiz.
Estudiarán durante nueve meses todas las variedades de tortilla existentes en la provincia de Cádiz y tendrán que presentar una tesis de grado para titularse.
Recorrerán 15 de los establecimientos más afamados por sus tortillas en las localidades de Cádiz, Chipiona, El Puerto de Santa María, Jerez, Olvera, Puerto Real, Rota, San Fernando y Sanlúcar.
“En la ruta encontrarán desde tortillones gigantes, hechos con más de 140 huevos como la del restaurante Los Corrales en Sanlúcar, o las tortillas más novedosas como las del Cañón de Cádiz, aromatizadas con la manzanilla Sanlúcar, un vino de la zona, u otras con berenjenas y queso como se preparan en la taberna El Fillo de Puerto Real.
“También visitarán bares en la ruta, como El Maypa de Jerez o el Nebraska de Cádiz cuyas tortillas son famosas en toda la provincia”, dice Monforte.
Además, tendrán que probar la tortilla en cada establecimiento y recibir, como certificado de asistencia y consumo, la firma del cocinero que las hace. Aprobarán el curso si degustan, por lo menos, 12 tortillas durante los nueve meses.
Según Monforte, si quieren graduarse con honores deberán hacer una ‘tesis tortilloral’, es decir tendrán que escribir un informe sobre su experiencia y aportar una receta propia e innovadora.
La licenciatura en tortillología es una iniciativa que surgió con el fin de desarrollar el turismo en la provincia de Cádiz. “No existe detrás de su convocatoria ninguna crítica ni nada, simplemente el deseo de que la gente pase un rato divertido”, precisa Monforte.
Tan divertida, que los profesores son los cocineros y propietarios de cada bar que participa. Se intenta también impulsar el consumo de las tortillas con el pan y el vino de la provincia. “En este caso recomendamos un vino fino, un jerez, de El Puerto de Santa María”.
¿Por qué es importante para un cocinero tener una licenciatura de estas?
“Puede ser muy interesante para conocer una gran variedad de tortillas existentes. Además, visitará locales muy particulares en los que podrá inspirarse y aprender mucho”, concluye.
PROMOVER EL TURISMO
La idea de la licenciatura nació a partir del éxito de una guía sobre la tortilla en Cádiz publicada por la revista ‘Cosas de Comé’ y se buscó impulsar con ello el turismo en la región.
“Creamos una excusa para que el público visite las nueve ciudades de la provincia de Cádiz no sólo para probar las tortillas, sino también para conocerlas”. dice Monforte.
La revista ‘Cosas de comé’ también creó la ‘tapatología’ como una manera divertida de fomentar el conocimiento de la gastronomía de la misma provincia.
“Inventamos una serie de ‘ramas de la ciencia del tenedor’ local, que estudian cada plato típico de la zona.
El ‘ensaladillismo’, que se especializa en la ensaladilla, un plato característico de nuestros bares. La ‘desayunística’, que se encarga de analizar los desayunos y la ‘soponimia trapezoidal’, las sopas. Buscamos que se aprenda y descubra de forma divertida. Además, de manera participativa. Los lectores de la revista, los ‘tapatólogos’, más de 5.000 en la actualidad, pueden realizar sus propias aportaciones ‘a la ciencia’ descubriendo platos que hayan probado en los restaurantes y que consideren de calidad”. resalta Monforte.
En definitiva lo que quieren es mostrar que en Cádiz existe una gastronomía muy especial y de calidad y que debe conocerse.
Gloria Helena Rey
Especial para Portafolio