Procedente de la corteza del alcornoque, que se retira cada nueve años sin necesidad de cortar el árbol, el corcho es la materia prima elegida para productos diversos y que sorprenden a muchos.
Es lo que ocurrió cuando la firma lusa Pelcor lanzó un paraguas de piel de corcho. Fue el primero de una gama de artículos innovadores y de diseño, algunos de lujo, entre los que figuran maletas, relojes, cinturones, delantales, bolígrafos, blocs de notas o una gama de accesorios para el hombre.
La última gran apuesta de esta compañía ha sido una serie de románticas cartas de corcho con la palabra “amor” estampada en dorado en varios idiomas.
Su éxito está prácticamente asegurado, ya que, actualmente, algunos de los productos de esta empresa están a la venta en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA), uno de los más reputados a nivel mundial.
Antes de aventurarse en los caminos de la creatividad, Pelcor, fundada en 2003 en el sur de Portugal, se posicionaba en el mercado de los tapones de corcho para los más finos champanes, licores y vinos de todo el mundo.
Fue a finales de los años 90 cuando la búsqueda de materiales más baratos para fabricar tapones llevó a una acentuada caída de las ventas del corcho, una crisis que obligó a las empresas del sector a buscar usos alternativos para el valioso producto. Así, comenzó a crecer la utilidad de este material en los más diversos accesorios de moda, decoración y ocio, en un momento en el que los creadores dan cada vez más importancia a la utilización de materiales naturales que contribuyan al cuidado del medioambiente.
“Uno de los factores clave que hace que el corcho entre en el mercado por la puerta grande es que se trata de un producto verde”, cuenta el diseñador Carlos Mendonça, uno de los fundadores de la empresa Simple Forms Design, que apuesta por una línea muy diferente de productos sin descuidar la innovación. El lavabo de corcho es una de las sugerencias más conocidas de la firma, fundada en Oporto (norte de Portugal), que se lanzó al mercado en 2004 con una colección para baños en la que el corcho se mezcla con el acero inoxidable para crear los más originales sanitarios, jaboneras o alfombras.
UNA FUENTE DE EMPLEO
Natural, ecológico, resistente, leve e impermeable, el corcho, que ahora sirve de base para piezas únicas, aún es considerado exótico en algunos lugares. No es el caso de Portugal, donde, con 737.000 hectáreas de plantaciones de alcornoques, se produce más del 50 por ciento de todo el corcho que se exporta a nivel mundial, lo que convierte al país en el principal productor por delante de España, Francia, Italia, Marruecos, Argelia o Túnez. Fuente de ingresos para 8.337 trabajadores distribuidos en 633 empresas, solo en el 2013 la exportación de corcho aportó 837 millones de euros a la economía portuguesa, según los últimos datos difundidos por la Asociación Portuguesa de Corcho.
EFE