La Sociedad Nacional de la Cruz Roja Colombiana fue fundada el 30 de julio de 1915 por un puñado de médicos que habían brindado atención humanitaria a los heridos de la Guerra de los Mil Días en condiciones rudimentarias.
Hoy, en vísperas de su centenario, la institución tiene presencia en todo el país y cuenta con 38.000 voluntarios. Además, por primera vez, desde hace un año largo, su dirección ejecutiva la ocupa una mujer, Silvana Faillace, con quien Portafolio habló sobre la situación actual y los retos de la organización.
¿En cuántas partes del país están?
Tenemos oficinas seccionales en las 32 capitales departamentales, más o menos 98 unidades municipales y un poco más de 100 grupos de apoyo.
¿Qué metas le pusieron cuando se posesionó?
El compromiso inicial es mantener lo bueno y modernizar, en el mejor sentido de la palabra: traer nuevos modelos de gestión y de movilización de recursos para estar acorde con sus retos.
¿Cuáles son esos retos?
Sin duda, el proceso de paz es uno de los principales. Otros son el cambio en la estructura y composición social del país y convocar a los jóvenes para que se vuelvan voluntarios de la Cruz Roja. Además, están los efectos del cambio climático en el medioambiente y la población. Nuestro enfoque es prevenir, mitigar y preparar comunidades para reducir el sufrimiento en una emergencia.
¿Hay crisis en el espíritu voluntario?
Yo no creo. El tema es más adaptarnos a los cambios del contexto social colombiano y dentro de nuestro movimiento internacional, donde hay 17 millones de voluntarios. El reto es, básicamente, asegurar que a cualquier ciudadano, no tiene que ser joven, se le active su espíritu altruista y vea la Cruz Roja como una posibilidad de materializarlo. Hay es que continuar encontrando esas características que hacen que a la gente se le despierte el altruismo.
Pero, ¿eso debe ir de la mano con la profesionalización del servicio?
Tenemos un proceso de certificación y calificación de voluntarios bastante extenso, dependiendo de las respectivas áreas. Ante todo, la Cruz Roja garantiza un servicio de calidad y constantemente estamos en comunicación con el Ministerio y las secretarias de salud para asegurar que cumplamos los requisitos en cada servicio. Además, indiscutiblemente poseemos una gran capacidad técnica dentro de nuestros voluntarios y empleados.
¿Cuál es su papel en el proceso de paz?
En el corto plazo, habrá que trabajar sobre las consecuencias humanitarias del conflicto armado, que no se van a acabar de la noche a la mañana y nosotros, como organización humanitaria neutral, independiente e imparcial, tenemos una función fundamental en esa tarea de la reconciliación en el país.
¿La sostenibilidad no es otro reto?
Sí. El acceso a recursos siempre es difícil y el hecho de que seamos grandes no quiere decir que seamos boyantes. Esto implica un manejo responsable, transparencia y rendición de cuentas, que es una de nuestras características. Y, tercero, asegurar que tengamos diversidad de negocios porque son recursos que nos sirven para sostenernos y hacer programas.
¿Cómo se financian?
Nuestra estructura es federada: a nivel nacional tenemos la Lotería de la Cruz Roja, cuyos excedentes apoyar programas de salud y atención humanitaria. Además, está el Banco de Sangre, que no vende sino que recupera costos, y contamos también con recursos de cooperación nacional e internacional. Las seccionales generan sus propios recursos.
¿Cómo van a celebrar los 100 años?
Primero, vamos a hacer una gala con dignatarios nacionales e internacionales, voluntarios y empresarios. Además, tendremos carreras atléticas, ciclorrutas y ciclopaseos nocturnos. Adicionalmente, estamos asociándonos con una cadena radial para hacer un gran evento musical y habrá también un encuentro nacional de voluntarios.
BUSCAN ALIANZAS CORPORATIVAS CON ACCIONES SOCIALES
En la financiación de la CRC, la cooperación marca 55%, por ciento; la Lotería, 37% el Banco de Sangre, 12%, y el resto viene de rendimientos financieros e ingresos operacionales, así como donaciones. Según Silvana Faillace, es importante que las empresas los vean como posible aliado en iniciativas de responsabilidad social. “Esta es la única organización con tanta cobertura”. Otro ‘plus’, dice, es esta experiencia de 100 años trabajando con comunidades y su carácter de movimiento mundial.
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