La revista ‘Sport Illustrated’ realizó un listado de los atletas que este año brillaron por sus conductas en contra del juego limpio.
A la par que la Fifa presentó sus candidatos para mejor futbolista del año, la revista estadounidense Sport Illustrated elaboró un escalafón mucho más deshonroso: el de los ‘antideportistas del año’, contrario a lo que hacía cada cierre de temporada cuando distinguía al de mejor conducta.
El primer lugar del infame listado fue una decisión obvia y esperada. Fue para el ciclista estadounidense Lance Armstrong, quien finalmente fue sancionado y despojado de sus siete títulos del Tour de Francia por dopaje.
“Antiguos compañeros suyos admitieron que Armstrong no solo usaba constantemente esteroides (para mejorar su rendimiento), sino que prácticamente les forzaba a hacer lo mismo, aunque él no lo haya admitido nunca”, explica la publicación.
El caso de Armstrong fue uno de los escándalos más publicitados del año, sobre todo, porque el estadounidense insiste en que nunca se dopó, a pesar de que decenas de compañeros e incluso médicos y entrenadores admitieron que era una operación sistemática.
El uso de sustancias prohibidas también incluyó en el bochornoso listado al beisbolista Melky Cabrera.
Suspendido por 50 juegos por sus elevados niveles de testosterona, el jardinero de los Gigantes de San Francisco inventó una estrategia (que incluía una falsa página de Internet) para tratar de lavar sus culpas. No lo logró, por supuesto.
TRAMPA E INSULTO
Los Juegos Olímpicos de Londres no escaparon a los escándalos.
En el listado de Sport Illustrated hay varios casos con evidentes trampas.
Aparece el caso de los cuatro equipos de bádminton femenino que fueron descalificados por arreglar partidos durante las justas orbitales.
También se consigna el caso del ciclista británico Philip Hindes, quien fingió una caída en el velódromo para que la carrera, en la que su equipo había tenido un mal comienzo, fuera reiniciada de nuevo. O el del atleta argelino Taoufik Makhloufi, quien adujo una lesión en la semifinal de los 800 metros planos, con la intención de cuidarse para la final de los 1.500 metros planos en la que era favorito.
Al final, hubo oro para los dos tramposos.
El nadador sudafricano Cameron van der Burgh también está en el escalafón, ya que después de haber ganado la medalla de oro en los 100 metros pecho admitió haber hecho trampa durante la carrera.
En el apartado de insultos, el líder indiscutido es el futbolista John Terry.
El defensor inglés del Chelsea se regó en insultos racistas contra su colega Anton Ferdinand.
Otro que se ‘pasó de boca’ fue el jugador de los Lakers de Los Ángeles, Steve Blake, quien se despachó en insultos contra un aficionado que le reclamaba por su falta de efectividad en el campo.
El atleta estadounidense fue multado con 25.000 dólares.