Según Fonseca, desde el punto de vista ambiental, el transporte eléctrico es una solución de energía limpia que elimina los impactos locales por la emisión de gases contaminantes, entre ellos, el material particulado, causante de graves afectaciones a la salud.
Desde el punto de vista del impacto ambiental global, se reducen ostensiblemente las emisiones de CO2, así como el ruido, puesto que se trata de vehículos más silenciosos que los buses convencionales.
Esto se confirmó en el pasado Foro Urbano Mundial WUF7, la principal Conferencia Mundial en ciudades, realizada en Medellín, en la que el Energy Technology Roadmap expresó que las tecnologías de baja emisión de carbono y combustibles, incluyendo los vehículos eléctricos, constituirán, para el 2050, hasta al menos el 30 por ciento de la reducción de emisiones de carbono en vehículos livianos.
De acuerdo con la presidente del Grupo EEB, actualmente, en el caso de la APP Bogotá Eléktrika, los vehículos que se encuentran en estudio corresponden a buses híbridos y eléctricos.
“Si bien, estas tecnologías se encuentran en proceso de prueba, los sistemas híbridos se presentan como una alternativa tecnológica a los autobuses diésel convencional, y deja abierta la posibilidad de contar con buses totalmente eléctricos”, explicó.
Actualmente, los equipos técnicos de estas APP, junto con algunas entidades del Distrito, vienen realizando los análisis tecnológicos y operativos pertinentes para determinar cuál es la mejor opción que ofrezca las condiciones óptimas de servicio al usuario, y a la vez, una operación limpia y amigable con el medioambiente.