"Estoy en la cima. Soy la cara del boxeo y estoy dedicado a mi oficio. Yo soy el 'Money' y hago ganar montones de dinero a mucha gente", subrayó el boxeador Floyd Mayweather en una de las muchas declaraciones que hizo previo al combate que le ganó este sábado al filipino Manny Pacquiao, en Las Vegas.
La pelea de septiembre de 2013, en la cual venció al mexicano Saúl 'Canelo' Alvarez, significó un récord de todos los tiempos por PPV (televisión por pago) doméstico (150 millones) y la boletería en vivo (poco más de 20 millones). Estas cifras pasarán al olvido cuando se contabilice lo recaudado este sábado por el combate Mayweather-Pacquiao.
El promotor Bob Arum, representante de Pacquiao, estima que "la pelea entre Mayweather y Pacquiao venderá, cuando menos, 3 millones de casas, pero hay tanto interés que podría llegar a los 4 millones".
MAYWEATHER, SALVADOR DE SIN CITY
Cuando dejó de ver el boxeo como un medio de ganarse la vida y empezó a mirarlo desde la perspectiva de un negocio rentable, Mayweather decidió cambiarse el apodo de 'Pretty Boy' por el de 'Money'.
Hace casi 20 años que Mayweather sentó sus reales en Las Vegas, y desde entonces -problemas más, problemas menos-, se ha convertido en el referente de la Ciudad del Pecado.
Las Vegas estuvo al borde de la quiebra hace cinco años, cuando especulaciones inmobiliarias inflaron los precios y crearon una burbuja artificial, que al reventar dejó una economía arruinada, miles de bancarrotas privadas y buen número de suicidios. Una de las mayores válvulas de escape de la ciudad para salir de esta crisis fue Mayweather.
Desde que el 'Money' firmó su contrato con Showtime por seis peleas multimillonarias, la industria del juego en Las Vegas ha crecido un 6,6% en comparación con el 2012.
No por gusto, y a petición de los principales empresarios y autoridades locales, un juez de Las Vegas le aplazó a Mayweather el ingreso en la cárcel -para cumplir 90 días de prisión por violencia doméstica-, a fin de que pudiera pelear el 5 de mayo de 2012 contra el puertorriqueño Miguel Cotto.
La "locura" de la que habla Arum se manifiesta en cifras nunca antes manejadas. El precio de una habitación sencilla en el MGM Grand es de 1.600 dólares el viernes o el sábado por la noche, más de 13 veces que la tasa del domingo.
Las aerolíneas tuvieron que intercambiar aviones más pequeños por otros más grandes, y miles de viajeros arribaron a diario al Aeropuerto Internacional McCarran en busca de su pedacito de glamour en este megacombate.
La arena del MGM Grand estuvo repleta en sus 16.800 capacidades, y algunos de esos privilegiados habrían pagado poco más de 300.000 dólares por un boleto cerca del ring.
Y todo esto lo ha generado un hombre que encarna el llamado Sueño Americano. Un chico pobre, nacido en un hogar disfuncional, con padres drogadictos, que un día se propuso llegar a ser millonario. Y lo ha logrado, con creces.
"Cuando tenía 12 años, un día llegué del gimnasio y mis padres estaban peleando. Me tiré en la cama y pensé: 'voy a ser el hombre más rico del mundo', y desde entonces he perseguido ese sueño", declaró en uno de los documentales promocionales para su pelea contra 'Canelo' Alvarez.
AFP