En el fútbol como en los negocios, no basta sólo con tener talento para lograr el éxito, también se requiere planeación, coherencia, sensibilidad y humanidad.
Estos fueron algunos de los valores a los que apostó Joan Laporta para conformar el Barcelona más ganador de todos los tiempos.
(Sello del ‘Super-Barça’ puede replicarse en las empresas).
Laporta fue el presidente del club Catalán entre el 2003 y el 2010. En esos años, el equipo ganó un Mundial de Clubes, dos Copas de Europa, una Supercopa de Europa, cuatro Ligas, una Copa del Rey, tres Supercopas de España y tres Copas Cataluña, un palmarés muy difícil de igualar, incluso para un conjunto de extraterrestres.
Sin embargo, el éxito del equipo fue más allá de lo deportivo, pues fortalecieron algo más importante: su identidad.
Figuras como Messi, Iniesta, Xavi, Puyol, Pedro y Piqué, e incluso Pep Guardiola, quien fue el entrenador de estas estrellas, surgieron de la cantera del club.
“Apostamos por la cantera y llegamos a tener una plantilla de 11 jugadores de nuestra base. Tres de ellos: Xavi, Iniesta y Messi fueron nominados al Balón de Oro en un mismo año y son hoy referentes históricos en el fútbol mundial”, dijo Laporta, durante una conferencia en Bogotá, invitado por Colsubsidio.
El haber sacado de la cantera a un importante número de grandes futbolistas, le permitió al club contar con una base que no sólo se conocía muy bien en la cancha -pues jugaban con un estilo particular-, sino que además conocía la cultura, el sello y los valores de una comunidad entera, unidos por el club.
Esto, fusionado al compromiso social a través de la fundación, y tras haber logrado un vínculo global gracias al talento de los jugadores, admirados hasta por el más desprevenido ciudadano del mundo, permitió que el Barcelona fuera reconocido en todos los rincones del planeta.
No obstante, siempre se mantuvieron fiel a su modelo, algo clave para conseguir el balance entre un club tradicional y global a la vez.
De ahí nace la ecuación del gran éxito:
“Ganar para ser conocido. Ser el mejor para ser admirado y dar para ser querido”.
Y es que, según Laporta, dar hace parte del ADN del club y de sus jugadores y recordó una anécdota, que muestra este talante.
“Recuerdo que durante la temporada de 2010-2011, Puyol, quien por ese entonces era nuestro ‘gran capitán’, estaba muy emocionado por igualar a uno de sus ídolos: Maldini. Maldini había logrado levantar tres Copas de Europa como capitán y Puyol estaba muy cerca de igualar el logro de su ídolo, pues ya lo había hecho dos veces antes. Si ganábamos ese año, Puyol levantaría la orejona, pero en esa época nuestro jugador Eric Abidal había sufrido una grave enfermedad, que golpeó mucho al club. Finalmente, Barcelona llegó a la final y ganó, pero Puyol no levantó la copa pues prefirió ceder el brazalete de capitán a Abidal, aunque tuviera que retrasar su gran sueño. Así era ese equipo, así eran sus jugadores y eso nos permitió ser el mejor Barcelona de la historia”.
“Ganar para ser conocido. Ser el mejor para ser admirado y dar para ser querido”. La ecuación es fácil.