Aunque los riesgos de contagiarse de coronavirus en espacios abiertos son mucho más reducidos que en lugares cerrados y de poca ventilación, las posibilidades existen.
Así lo señala un estudio elaborado por Darío Maldonado, Alf Onshuus y Andrés Vecino, integrantes del grupo de verificación de información Chequeo Covid-Colombia, de la Universidad de los Andes.
De acuerdo con este análisis, que recoge la literatura científica sobre la propagación del nuevo coronavirus, el riesgo de contraer Covid-19 en espacios abiertos no es cero.
(La vía aérea es un componente de transmisión del coronavirus).
Para llegar a esta conclusión, Darío Maldonado, Alf Onshuus y Andrés Vecino, analizaron estudios de caso y de los mecanismos de transmisión del virus y otros factores que intervienen en el contagio, dada la ausencia de experimentos controlados sobre la relación entre el tipo de espacio (abierto o cerrado) y el riesgo de contagio de Covid-19 (experimentos que no es claro sean factibles de ser realizados).
"Sus resultados pueden ser tenidos en cuenta como evidencia para decidir el tipo de medidas que se deben tomar, más aún en una situación en la que la demora en implementación de medidas adecuadas puede ser tremendamente costosa", se lee en el documento.
ESTUDIOS DE CASO SOBRE EL CONTAGIO EN ESPACIOS ABIERTOS
De acuerdo con los investigadores, quizás el primer estudio en el que apareció esta diferencia es Qian et. al. sobre la propagación del virus en China. Allí se analizaron 1.245 casos de Covid-19, en 318 focos, y se encontró que únicamente dos contagios, en uno de los focos, ocurrieron en espacios abiertos.
(¿Cuánto dura el coronavirus en el aire en espacios cerrados?).
En otro estudio, publicado por Jonathan Kay en la revista Quillette, y que apunta en la misma dirección, el investigador analizó a los “supercontagiadores” (personas que propagan con rapidez el virus y parecen ser cada vez más importantes en su transmisión ) y encontró que los casos se dieron primordialmente en espacios cerrados (eventos religiosos, plantas de procesamiento de carne y coros, entre otros).
Esto se debe a los mecanismos de transmisión de Covid-19, que "involucran principalmente a la saliva de un individuo contagiado, la cual se expulsa de dos maneras: por medio de partículas pequeñas que pueden quedarse en el aire durante mucho tiempo (llamadas aerosoles) o por gotículas que tienden a quedarse en las superficies (y se pasan por el contacto entre personas)", señala el artículo.
(¿Qué tan lejos puede viajar el coronavirus en el aire?).
El contagio por aerosoles sucede cuando una persona respira una nube de partículas pequeñas que han sido expulsadas por un individuo enfermo; mientras que en el segundo caso, que también se puede dar por medio de la respiración, ocurre cuando las gotículas se depositan en la ropa, la piel o en las superficies y la persona las lleva a sus ojos, nariz o boca por medio de sus manos. De ahí la importancia del lavado de manos frecuente, pues es la superficie del cuerpo con más exposición a estas gotículas infectadas.
AEROSOLES EN ESPACIOS POCO VENTILADOS
Una variable que parece adquirir importancia en la propagación del virus es la ventilación de los espacios.
La transmisión por aerosoles en espacios abiertos no parece ser un medio de contagio dominante en el Covid-19.
Un artículo de la revista médica JAMA sobre hospitales en Wuhan y un estudio hecho por investigadores de la Universidad de Nebraska, en los cuales realizaron colectas de virus en habitaciones de pacientes y no detectaron virus en aerosoles en la mayoría de los casos (en ninguna de las 35 habitaciones analizadas en el estudio de Wuhan y solo en una de las tres habitaciones analizadas en el estudio de Nebraska). Además, encontraron que los aerosoles en la habitación en Nebraska desaparecieron cuando se mejoró la ventilación.
"Hoy en día parece haber suficiente evidencia como para considerar que el contagio por aerosoles al aire libre no es un factor significativo en el contagio. Por un lado, la ventilación de los espacios parece reducir las nubes de aerosoles (como se plantea en este estudio y en este otro). También sabemos que varios de los aerosoles con virus sufren un efecto de dilución cuando las partículas se dispersan en el aire libre inmediatamente, y así se reduce la carga viral requerida para infectar a una persona. También se encuentra un efecto adicional, que es la exposición a rayos ultravioleta", aseveran los profesores.
Sobre la influencia de los rayos ultravioleta, los investigadores analizaron dos estudios. En el primer artículo, publicado en el Journal of Infectious Diseases (JID), Ratnesar-Shumate se calculó que, con la radiación ultravioleta que llega a la tierra en el hemisferio norte durante el solsticio de verano, el 90 % de los virus se volvieron inactivos después de 6,8 minutos. Mientras que Lytle y Sagripant, en un nuevo estudio, esta vez específico sobre SARS-CoV-2 y publicado como una comunicación del National Institute of Health (NIH), estimaron cuánto se demoraba el virus en desactivarse en un 90 %, en diferentes ciudades. "El cálculo para el solsticio de verano variaba de 14 a 27 minutos. Más que el estudio de Ratnesar-Shumate, pero mucho menos de lo que se ha calculado en laboratorios sin exposición a la luz solar, que varía dependiendo de la superficie".
Para el grupo Chequeo Covid-Colombia: "Estos estudios tienen la desventaja de que simulan las condiciones de la radiación del sol en laboratorios y eso, por supuesto, genera incertidumbre. Pero, como con tantos otros aspectos del COVID-19, no podemos esperar datos mejores. Poder entender la viabilidad de un virus requiere tener el virus activo y, por todo lo que acarrean las infecciones con SARS-CoV-2, esto solo se puede hacer en laboratorios con un nivel de bioseguridad suficiente para asegurarse que el virus no va a salir de allí. Combinar el cuidado necesario con experimentos al aire libre es imposible. Se requiere entonces usar la mejor información disponible, aunque no sea ideal".
Otros factores ambientales, como la temperatura, la superficie sobre la que se deposita el virus o la humedad, tienen el potencial de afectar la viabilidad de la Covid y, por lo tanto, su transmisión en espacios abiertos, particularmente si se utilizan máscaras cuando se está cerca de otras personas.
RECOMENDACIONES
"El National Collaborating Center for Environmental Health de Canadá sugiere medidas como maximizar distancias, supervisar lugares donde tiende a haber aglomeraciones de personas, evitar actividades en las que haya contacto físico, tener protocolos de limpieza y ventilación de baños, buscar lugares donde se puedan lavar las manos, abrir todas las entradas a los parques y parqueaderos adicionales para evitar aglomeraciones y promover el uso de tapabocas. También se pueden proponer otras medidas, como un mayor uso de espacios abiertos en colegios o el cierre de calles para permitir a las comunidades espacios de interacción al aire libre.
Además, si se da cierta libertad a las interacciones al aire libre, orientando a los ciudadanos sobre cómo hacerlas de forma segura, es posible que se disminuyan las aglomeraciones clandestinas en espacios cerrados que sabemos están ocurriendo, disminuyendo así los contagios. Una medida de la que se ha hablado mucho (y que está siendo implementada en algunos estados de EUA) es establecer lo que se conoce como “burbujas sociales”. Estas consisten en que un número restringido y controlado de hogares mantienen interacciones sociales. Una combinación entre burbujas sociales, pero con interacciones únicamente al aire libre podría ser una alternativa".