El papa Francisco repetirá el peregrinaje a Tierra Santa que realizó hace 50 años por primera vez un papa, Pablo VI, y que han emulado todos sus sucesores, a excepción de Juan Pablo I, debido a su breve pontificado.
Todos estos obispos de Roma visitaron Jordania, Israel y lo que por entonces se llamaba Territorios Autónomos de Palestina, si bien Francisco será el primero de ellos que ponga un pie en un área oficialmente denominada Estado de Palestina, después de su aceptación en la Asamblea General de la ONU, en el 2012.
En este viaje a la cuna del cristianismo, que realizará del 24 al 26 de mayo, visitará Amán, Belén y Jerusalén, pronunciará 14 discursos y se entrevistará con las autoridades jordanas, palestinas e israelíes.
Tal y como lo ha pensado y deseado el pontífice argentino, será sobre todo un viaje símbolo del diálogo interreligioso y ecuménico y, por ello, el evento histórico y clave será la reunión con el patriarca ortodoxo Bartolomé I, en la misma sala de la Delegación Apostólica de Jerusalén donde se encontraron hace 50 años Pablo VI y el patriarca Atenágoras. Un encuentro en el que se puso fin a infinitas rencillas y excomuniones y que dio inicio a un camino de reconciliación y diálogo entre los cristianos, que aun se está recorriendo.
La voluntad de que este viaje sirva como ejemplo y símbolo de diálogo la ha marcado el papa con un “gesto formidable”, como lo definió el Vaticano, pues estará acompañado por dos amigos argentinos: el rabino de Buenos Aires, Abraham Skorka, y el profesor musulmán Omar Abboud, presidente del Instituto del Diálogo Interreligioso en la capital argentina. Un camino ecuménico que tendrá una importante etapa cuando Francisco y representantes de otras confesiones cristianas recen juntos por primera vez públicamente en el Santo Sepulcro.
El papa también llevará palabras de aliento a los cristianos, que como denunció hace poco el patriarca Twal en cinco décadas han pasado de ser el 10 por ciento al 2 por ciento, y se prevé que sea un tema de conversación con las autoridades israelíes. Al respecto, los cristianos en Jerusalén han lamentado que no se haya previsto un encuentro específico con sus líderes espirituales.
PERIPLOS DESDE EL VATICANO
El espacio geográfico conocido como Tierra Santa recibió la primera visita de un papa el 4 de enero de 1964. Giovanni Montini, el papa Pablo VI, anunció al finalizar el Concilio Vaticano II que visitaría Tierra Santa y dio además inicio a los viajes internacionales de los pontífices en la era Moderna. El papa san Juan XXIII había visitado este territorio a los 25 años, cuando ejercía de secretario personal del obispo de Bérgamo.
Pablo VI comenzó su peregrinaje llegando a Amán (Jordania), desde donde se trasladó a la capital israelí de Jerusalén para permanecer dos días. Fue precisamente allí donde tuvo lugar un hecho histórico: un papa abrazando al patriarca de Constantinopla, Atenagora I, un gesto de paz después de siglos de divisiones entre las confesiones cristianas.
El ultimo día, coincidiendo con la Epifanía del Señor, acudió al territorio palestino, concretamente a Belén (Cisjordania), para visitar la Basílica de la Natividad, construida donde se cree que que nació Cristo.
LOS DOS ÚLTIMOS PAPAS
Juan Pablo II estuvo en Tierra Santa en el ultimo periodo de su pontificado, entre el 20 y 26 de marzo del 2000. Woytjla, 36 años después de su predecesor, permaneció el primer día de su peregrinaje en Jordania, donde pronunció cuatro discursos y visitó la zona Wadi Al-Kharrar, donde fue bautizado Jesús, según el Evangelio.
El 22 de marzo, acudió a Belén y fue recibido por el entonces presidente, Yaser Arafat. En su estancia en territorio palestino, el papa polaco ofició una misa en la plaza Manger y visitó el campo de refugiados palestinos de Deheisheh, al sur de Belén.
La mayor parte de su peregrinación transcurrió en Israel, del 23 al 26 de marzo, el día en el que regresaría al Vaticano desde el aeropuerto de Amán.
Pese a su avanzada edad, 80 años, y a su ya precario estado de salud, desarrolló una apretada agenda.
El viaje de su sucesor, Benedicto XVI, fue el más largo de los realizados por estos papas, entre el 8 y el 15 de mayo de 2009. Llegó al aeropuerto de Amán para permanecer en Jordania tres días, en los que, además de oficiar misas y presidir encuentros, acudió, entre otros lugares, al Monte Nebo, considerado el lugar desde donde Moisés vio la Tierra Prometida. En Israel, permaneció cuatro días, del 11 al 15 de mayo, y visitó Tel Aviv y Jerusalén, donde rezó en el Muro de las Lamentaciones.
EFE