De acuerdo con la Liga Colombiana Contra el Cáncer, seis mujeres mueren a diario en el país a causa de esa enfermedad en el cuello uterino, causada por el Virus del Papiloma Humano (VPH), convirtiéndose así en la segunda causa de mortalidad femenina, después del de mama.
Para reducir esta alarmante cifra, el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Salud y Protección Social, decidió incluir en el esquema de vacunación, la protección contra esta afección, cuyo plan contempla la aplicación de tres dosis, esta política está dirigida a todas las niñas de cuarto grado (que hayan cumplido 9 años) hasta grado once, y a las no escolarizadas entre los 9 y 17 años de edad.
Nubia Muñoz, patóloga y epidemióloga, nominada al Premio Nobel de Medicina por sus investigaciones científicas que contribuyeron a establecer que el VPH es la principal causa del cáncer cervical, explicó en la cátedra Huellas, organizada por la Universidad Nacional, que “esta vacuna es una de las mejores que se ha desarrollado en los últimos años, y de las más estudiadas, que ha demostrado ser eficaz, porque inmuniza hasta en un 90%, y porque también es muy segura.
Asimismo, señala que se realizaron muchos estudios clínicos durante diez años, antes de que se comercializara. En su opinión, esto permitió que la Organización Mundial de la Salud ratificara su carácter de seguridad.
Además de generar la inmunización contra las cepas que producen el cáncer, esta vacuna resulta ser costo-efectiva para el sistema de salud, “ya que reduce considerablemente los costos directos e indirectos de la enfermedad”, señala Andrea Vicari, representante de la Organización Panamericana de la Salud.
Y es que en Colombia, según cifras del Ministerio de Salud, se estima que para la atención, detección y prevención del cáncer de cuello uterino se invierten 35’952.682 de dólares en una cohorte, sin tener en cuenta los costos sociales Sin embargo, pese a estos beneficios, se ha tejido una polémica acerca de los eventos adversos que puede generar la vacuna, los cuales se han asociado con afecciones graves; rumores que, sin ninguna evidencia científica, han circulado por las redes sociales, alarmando a los padres de familia, quienes, como en el reciente caso de seis colegios de Usaquén, decidieron no permitir que a sus hijas se les aplicaran esta sustancia.
Ante esta situación, Diego García, director del Programa de Vacunación del Ministerio, argumenta que no hay evidencias que permitan asociar estas enfermedades con la vacuna contra el VPH. “Los cuadros clínicos que se han presentado en las niñas vacunadas no difieren de los presentados en las poblaciones de niñas que no son vacunadas”.
Miguel O'Ryan, infectólogo de la Universidad de Chile, explica que las pacientes que han presentado enfermedades después de la vacunación pueden tener la predisposición genética a desarrollar determinada patología, pero afirma que estos son casos aislados, “por lo que es irresponsable hacer asociaciones sin tener un estudio que sustente las complicaciones”.
MUJERES Y HOMBRES, EN RIESGO DE CONTAGIARSE
Según Juan Carlos Vargas, gerente de Investigaciones de Profamilia, toda persona que tenga una vida sexual activa tiene altas probabilidades de adquirir el VPH; sin embargo, no todos los que se infectan desarrollan cáncer u otro tipo de complicaciones, ya que, en muchos casos, el sistema inmunológico logra contrarrestar la infección. Lo cierto es que en las mujeres el efecto que puede producir esta infección depende del tipo de virus que tenga, ya que se han identificado más de 100 cepas de este agente, de las cuales 40 parasitan en las áreas genitales, y de estas, 13 son las llamadas de alto riesgo, porque pueden producir una infección persistente
Tatiana Lizarazo
Redactora CEET